Los consumidores brasileños seguirán sintiendo los efectos de la bandera tarifaria roja de nivel 1, vigente desde junio. La decisión, anunciada por la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel), establece un cargo adicional de R$4,46 por cada 100 kWh consumidos. La razón es la disminución de los caudales de los principales embalses del país, lo que compromete la generación hidroeléctrica y requiere la activación de centrales termoeléctricas, fuentes más costosas y contaminantes.