Chile es el segundo productor mundial de litio después de Australia y posee una de las reservas más grandes del orbe. La principal producción nacional está en el Salar de Atacama, donde dos empresas privadas lo producen a escala masiva –SQM y Albemarle–, aunque un segundo salar ha ganado una relativa importancia el último tiempo en el país, el de Maricunga, donde el Estado desea participar.