Hace catorce años, tuve la oportunidad de asistir a la firma del decreto reglamentario de la ley 26093, que inauguraba la era de los biocombustibles en la Argentina. Quien lo firmó fue el entonces presidente Néstor Kirchner, acompañado por su ministro de Infraestructura Julio De Vido, y el Secretario General Carlos Zannini. Es decir, lo más granado del kirchnerismo.