Bastó que Petrobras anunciara un reajuste del 8,1% para el gasóleo y del 4,9% para la gasolina, el primero de 2022, para que el gobierno federal, los gobiernos estatales y los agentes del mercado intercambiaran nuevamente acusaciones por los aumentos. El debate dominó 2021 y no muestra signos de enfriamiento, especialmente porque es un año electoral.