En mayo de 2018, Estados Unidos anunció su retirada del acuerdo internacional sobre el programa nuclear de Irán y el restablecimiento de las sanciones a las exportaciones de crudo de ese país. 
Fuente: Ámbito 
  
Joseph Sotinel Londres - Para impedir que las nuevas sanciones a Irán disparen los precios del petróleo, Estados Unidos cuenta con sus propios recursos y con los de sus aliados en Medio Oriente, a riesgo de desestabilizar la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), estiman analistas.

En mayo de 2018, Estados Unidos anunció su retirada del acuerdo internacional sobre el programa nuclear de Irán y el restablecimiento de las sanciones a las exportaciones de crudo de ese país.

Pero, para evitar que los precios del petróleo se dispararan, el presidente estadounidense, Donald Trump, contó con el apoyo de los países del Golfo, adversarios de Irán, y sus aliados. “El año pasado, Arabia Saudita fue tomada por sorpresa y otros países miembros de la OPEP, como Emiratos Árabes Unidos, aumentaron su producción para compensar la pérdida iraní, pero las exenciones fueron otorgadas por la Casa Blanca a último momento”, señaló Riccardo Fabiani, analista de Energy Aspects. Como resultado, los precios del petróleo cayeron en el cuarto trimestre y la OPEP y sus socios, Rusia incluida, tuvieron que ajustar más su acuerdo de restricción de producción en diciembre. Como las decisiones tomadas por la OPEP tienen que ser unánimes, fue difícil obtener el consentimiento de Irán, desconfiado ante la alianza de sauditas y estadounidenses para restablecer las sanciones. “Si Arabia Saudita ayuda a Estados Unidos, es como si atacara indirectamente a Irán”, destacó Bjarne Schieldrop, analista de SEB. Luego, Estados Unidos decidió a fines de abril ajustarle las tuercas a Irán mediante la cancelación de las exenciones que permitían a ciertos países seguir comprando su crudo.

Como resultado, seguramente las tensiones volverán a aumentar en la próxima reunión de la OPEP, a finales de junio en Viena. “¿Esto marcará el fin de la OPEP tal como la hemos conocido?”, se pregunta Shieldrop, subrayando “el cambio dramático” que representa el aumento de la producción de petróleo en Estados Unidos, que hizo al país “independiente de las importaciones de crudo”. “Esto implica que Estados Unidos puede hacer más o menos lo que quiere en Medio Oriente”, según este analista. Queda por verse ahora si Arabia Saudita logrará mantener la unidad de la OPEP y al mismo tiempo ejercer presión sobre Irán. “Idealmente, a Arabia Saudita le gustaría ver a Rusia, la OPEP y sus socios hacer un frente común, pues esto da la impresión de que el grupo es más fuerte”, inclusive si solamente un puñado de países hacen realmente un esfuerzo para limitar su producción, añadió Shieldrop. “Una de las soluciones posibles sería que los sauditas dejen de reducir su producción incluso más allá de lo que habían prometido en la OPEP”, comentó Fabiani.

Para rescatar los precios tras su caída a fines de 2018, el reino ha mostrado exceso de celo y en marzo produjo 9,82 millones de barriles por día (mbd), en contra de su objetivo que era de 10,31 mbd. Sin embargo, ahora los sauditas se muestran más cautelosos. “Fueron humillados” por las exenciones acordadas a último momento por los estadounidenses, explica Fabiani, que estima que “esta vez, sauditas y los emiratíes esperarán a ver los efectos concretos del fin de las exenciones en el mercado antes de aumentar su producción”. Todas estas incertidumbres explican que, por ahora, los precios han variado poco. Tras saltar hasta 75 dólares el barril de Brent después del anuncio del fin de las exenciones, volvieron a bajar y se ubican alrededor de los 70 dólares, o sea, el mismo nivel de abril de 2018, cuando Trump empezó a amenazar con restablecer las sanciones a Teherán.

Agencia AFP