La crisis en el sector forestal, a raíz de la sobreoferta de madera y la falta de mercado, conlleva a una creciente migración de productores forestales a la actividad ganadera, lo que a su vez repercute en la sobreproducción de carne de res. Este cambio de actividades se constata en las constantes solicitudes de anulación de planes de manejo forestal que recibe la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT).
FUENTE: LOS TIEMPOS


Según el director departamental de la ABT Santa Cruz, Willy Severiche, hay una tendencia de decrecimiento en la producción forestal en 2017 puesto que muchas personas, en lugar de solicitar la autorización para el aprovechamiento forestal, piden la anulación de sus planes de manejo para irse a la ganadería. Estos pedidos, que crecen de manera paulatina, iniciaron en 2016 y provienen en su mayoría de productores de la zona de la Chiquitania cruceña como San José, Concepción, San Ignacio, Roboré y Puerto Suárez.

Aunque la ABT todavía no tiene una cuantificación de la superficie de bosque cuyo plan de manejo forestal fue anulado, Severiche indica que se trata de una superficie superior a las 240.000 hectáreas que anualmente la ABT autoriza para su aprovechamiento.

Esta situación, según el ejecutivo de la ABT, es producto de la crisis del sector, la cual se manifiesta en los más de 1 millón de metros cúbicos (m3) de madera acumulada correspondientes a las tres últimas gestiones. La producción anual tiene un promedio de 1,6 millones de m3, pero el consumo interno nacional es solamente de 1,3 millones, por lo que al año quedan unos 300.000 m3 de excedentes que no son comercializados por la saturación del mercado nacional e internacional.

La saturación de madera, según el gerente de la Cámara Forestal de Bolivia (CFB), Jorge Ávila, surge por la falta de mercado, el cual está repleto de productos importados, sobre todo de Brasil, que ingresan con un costo inferior en relación a la producción nacional. Además, Ávila señala que hay un cambio en la matriz de consumo de la población boliviana, la cual ahora prefiere productos elaborados con tableros aglomerados en lugar de productos de madera sólida. “Eso ha hecho que la crisis del sector se profundice y que las industrias nacionales que tienen la capacidad de producir ese tipo de productos no pueden competir porque los productos importados son mucho más baratos”, agregó Ávila.

Por su parte, el gerente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), Javier Landívar, considera que el abandono de la actividad forestal para la incursión en la ganadería genera cierta preocupación en el sector pecuario que también tiene un mercado saturado y considerables excedentes. Indicó que la sobreproducción no se da por el abandono de la actividad forestal y la incursión en la ganadería, sino por la incorporación de sistemas amigables con la naturaleza como el silvopastoril que combina la producción de cultivos forestales con la ganadería en un mismo espacio.

TECNIFICACIÓN La tecnificación representa la principal fuente de crecimiento del sector de la ganadería, puesto que actualmente, según Landívar, los animales alcanzan un peso de 400 kilos en un periodo de 12 o hasta los cuatro meses. Por estos motivos, el representante de los ganaderos considera que el Gobierno nacional debe otorgar mayor interés en la apertura de mercados para la exportación de carne bovina que tiene certificación de Senasag. Si bien existe la autorización para la comercialización de excedentes a mercados del exterior, todo sería más rápido si el Gobierno intercede en estas acciones a través de gestiones técnicas y políticas internacionales, tareas que se gestan más complejas para el sector privado.

MEDIDAS INSUFICIENTES El gerente de la Cámara Boliviana Forestal (CBF), Jorge Ávila, afirma que los decretos promulgados y las medidas asumidas en septiembre de 2016 por el Gobierno nacional en favor del sector forestal tuvieron poco impacto porque no lograron resolver los problemas. Una de estas medidas es el acceso a créditos para pequeños productores forestales, sin embargo, Ávila considera que se trata de montos pequeños que no permiten enfrentar una zafra.

El capital operativo que requiere una pequeña unidad productiva forestal para una zafra, según el gerente de la CBF, oscila entre 100.000 y 200.000 dólares, pero el monto del crédito que dispone el Estado se limita a 90.000 bolivianos, lo que no permite reactivar la producción. “Lamentablemente, fueron buenas intenciones pero resultados no ha tenido”, dijo Ávila. Sin embargo, el director departamental de la ABT Santa Cruz, Willy Severiche, destacó que el incremento del valor de los Certificados Forestales (Cefos), que posibilitan la importación de muebles melamínicos, permitió la reducción de estas importaciones en aproximadamente un 30 por ciento entre los primeros cuatro meses de 2016 y los primeros cuatro meses de 2017.