Aruba y Curazao albergan instalaciones petroleras antiguas que tradicionalmente dependían de Venezuela. En un informe de la consultora Argus, se detalla que las dos islas quedaron huérfanas por el declive comercial y operativo del PDVSA.
El vacío más notorio es la pérdida de materia prima. El petróleo venezolano,  para cuya refinación se destinaron las instalaciones en esos dos países, ya no se produce. Venezuela hoy solo está extrae apenas unos 400 mil barriles diarios de crudo.

Al igual que las refinerías de PDVSA en Venezuela, las instalaciones en Aruba y Curazao están casi totalmente fuera de servicio.

Complemento al turismo

La industria de los hidrocarburos tenía gran importancia en las dos islas. Complementaba los ingresos de ambos países, provenientes principalmente del turismo.

Hasta que la corrupción y los malos manejos, por pare del chavismo, destruyeron a PDVSA, la relación entre Venezuela y las islas fue fructífera.

Ahora, no hay inversionistas dispuestos a arriesgar su capital para reactivar las refinerías no rentables y abandonadas.

Las islas están tratando de aprovechar las capacidades de puerto y almacenamiento, y explorando alternativas industriales como los productos petroquímicos y el gas natural. En ambos casos, los resultados son mixtos, detalla el reporte.

El dilema de Curazao

Para el gobierno de Curazao, PDVSA fue durante años un operador confiable de su refinería Isla, propiedad de la estatal curazoleña Refineria di Korsou. Esas instalaciones tenían capacidad de procesar 335 mil barriles diarios de petróleo. PDVSA también operaba la terminal de Bullen Bay.

Después de años de negligencia, Curazao no  permitió renovar su contrato de arrendamiento a largo plazo a PDVSA. Pero no ha encontrado un reemplazo que se haga cargo de la operación.

El acuerdo que parecía haberse concretado con la europea Klesch, fue terminado por esa firma europea en medio de la crisis creada por la pandemia y que ha golpeado también al sector petrolero.

En compensación, RDK  espera monetizar la capacidad de almacenamiento de la terminal de Bullen Bay.

Igualmente, espera conseguir ingresos con una terminal propiedad de PDVSA en Bonaire que fue confiscada el pasado marzo. La acción se tomó en relación con la deuda de casi 39 millones de dólares que PDVSA tiene con RDK en una acción relacionada con la deuda en marzo.

Aruba y Jamaica también golpeadas

En Aruba, se frustró un proyecto que  suponía mejoraría la capacidad de refinación del crudo pesado proveniente de Venezuela de la refinería de San Nicolás. El proyecto costaba alrededor de $ 1.1 mil millones,  fue suspendido el pasado mayo. Este proyecto estaba a cargo de PDV Holdings, empresa venezolana estatal basada en Estados Unidos.

En St Croix, Islas Vírgenes de EE.UU., los retrasos reiterados ponen en duda un proyecto de $ 2 mil millones de Limetree Bay Ventures para convertir la refinadora Hovensa en una planta más moderna con capacidad para refinar 200,000 barriles diarios de petróleo.

Hovensa, anteriormente una de las refinerías más grandes y avanzadas del mundo con una capacidad de diseño de 525.000 barriles diarios, fue un proyecto estratégico que se cerró  en medio de pérdidas financieras en 2012.

En Jamaica, el gobierno expropió la participación minoritaria de PDVSA en la refinería Petrojam. Es probable que esa planta se cierre después de que el operador estatal PCJ se retirara a principios de este año.

PDVSA aún posee una participación nominal de 49pc en la refinería de 34 mil barriles diarios de la República Dominicana, unas instalaciones que carecen de toda justificación comercial, sostiene el informe de Argus.

Fuente: Primer Informe - Venezuela