Las técnicas de extracción como el fracking impulsan la producción doméstica mientras los países de la OPEP recortan.
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El camino que inició Estados Unidos hace más de una década en busca de la independencia energética acaba de marcar un hito, cuando menos simbólico. La balanza comercial de septiembre refleja un superávit en los intercambios de productos petroleros, el primero desde 1978. La producción doméstica de esta fuente energética se disparó gracias a las nuevas técnicas de extracción como la fracturación hidráulica.

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