El crecimiento del líder ultra y del sucesor de Lula, Fernando Haddad, auguran una segunda vuelta encarnizada.
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Hubo manifestaciones masivas en su contra el país el sábado pasado a lo largo y ancho de Brasil. Un escándalo, de los más sonados de su abultado historial, porque había asegurado que no aceptaría un derrota en urnas. Y nada de eso ha impedido que Jair Bolsonaro, el candidato ultraderechista a la presidencia del gigante latinoamericano, mejore su posición en las encuestas a seis días la primera vuelta en los comicios más cruciales de la historia reciente del país. Si hace ocho días Bolsonaro tenía un 28% de la intención del voto, ahora se le arroga un 31%. Detrás de él está Fernando Haddad, sucesor de Lula da Silva en la candidatura del Partido de los Trabajadores (PT), que también se las ha apañado para crecer en la encuesta publicada este lunes: de un 19% pasa a un 21%. El también progresista Ciro Gomes se queda en el 11%.

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