La explotación petrolera en el Yasuní vuelve a concitar la atención de los ciudadanos. 
Fuente: El Comercio‎
  
Si esta pregunta es aprobada por la Corte Constitucional, los ecuatorianos deberán decidir si se incrementa la zona intangible en al menos 50 000 hectáreas y se reduce el área de explotación petrolera autorizada por la Asamblea en el Parque Nacional Yasuní, de 1 030 hectáreas a 300 hectáreas. Esta iniciativa realizada por el presidente Lenín Moreno plantea aumentar la zona intangible del Parque Nacional Yasuní, es decir, se propone contar con una extensión más amplia de territorio donde estarán prohibidas las actividades extractivistas de recursos naturales.
 
Actualmente la zona intangible del Parque Yasuní alcanza las 758 051 hectáreas, según el Decreto Ejecutivo 2187 suscrito por el expresidente Alfredo Palacio. De acuerdo con los argumentos presentados por el Ejecutivo a la Corte Constitucional, el 2 de octubre pasado, el incremento del área busca proteger a los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y preservar el ambiente. Pero no detalla qué áreas afectará dicha extensión.
 
Esta falta de precisión sugiere diversas lecturas. Pablo Piedra, abogado e integrante del Colectivo Yasunidos, mencionó que si bien la ampliación de la zona intangible es positiva, la propuesta resulta ambigua. Como en la propuesta enviada a la Corte Constitucional no se detalla la zona precisa que se ampliará se podría intervenir en sitios en donde no se cuente con evidencia de la presencia de pueblos no contactados. Así, el incremento sería “estéril”, enfatizó Piedra. Por esto el Colectivo Yasunidos y otros juristas han resuelto presentar la próxima semana un escrito (amicus curiae) a la Corte Constitucional para que se resuelva esta ambigüedad. Sin embargo, al revisar los planes disponibles en la web de Petroamazonas se evidencia que, en principio, la pregunta no tendría mayor incidencia en los bloques 31 y 43. Este último denominado ITT (Ishpingo-Tampococa-Tiputini), que en parte se ubica en el parque.
 
El campo es considerado la joya de la corona en el sector petrolero estatal. Tiene reservas de unos 1 670 millones de barriles de crudo y una capacidad de producción que alcanzaría unos 300 000 barriles diarios hacia el 2022, según proyecciones oficiales. El expresidente Rafael Correa decidió en el 2013 explotar este bloque, tras fracasar su plan para que la comunidad internacional realice un aporte económico con el fin de dejar el crudo bajo tierra. Tras el fracaso, la Asamblea autorizó ese año la explotación en 1 030 hectáreas, declaradas de interés nacional, para los bloques 31 y 43. Sin embargo, de esa superficie, el programa de extracción de Petroamazonas en los bloques 43 y 31 contempla 335 hectáreas. Y de esas 335 se ha intervenido el 11%, es decir, 37 hectáreas. Luis Calero, analista petrolero, coincide en que existe una falencia en la redacción de la pregunta sobre el área intangible, porque no se tiene la certeza hacia dónde se ampliarán las 50 000 hectáreas. “Si se aumenta la zona intangible hacía el norte, los campos Ishpingo sur y norte podrían quedar dentro de esta área, afectando así la explotación de esta parte”, comentó el experto petrolero.
 
Asimismo, consideró que la aprobación de la pregunta no tendría mayor incidencia, aunque sí restringe a futuro la frontera petrolera. Calero explicó que, tomando en cuenta los indicadores de Petroamazonas, para la explotación petrolera de estos campos se requiere una extensión de territorio cercana a la establecida en la pregunta de la consulta popular. Actualmente, la producción de crudo en el Yasuní se concentra en los campos Tiputini, del bloque 43, y Apaika y Nenke, del 31, según información de Petroamazonas. En estos se producen a diario, 61 000 barriles de petróleo. En noviembre del presente año, en cambio, está previsto que se inicie la explotación en Tambococha. El bloque 31 y los campos Tambococha, Tiputini se encuentran fuera del área intangible del Parque Nacional Yasuní.