La inversión es para mejorar la calidad del servicio eléctrico del país, reveló Maurizio Bezzeccheri, country manager de la compañía, al tiempo que remarcó que la Argentina representa "un mercado de absoluta importancia" para ese holding empresario.
Fuente: Revista Petroquímica
   
“En términos de inversiones, anunciamos y seguimos confirmando nuestro plan para los próximos 5 años de $ 15.000 millones, para desarrollar (redes) de media y baja tensión, y nuevas estaciones de transformación”, puntualizó el directivo. “Nuestra perspectiva apunta a mejorar la calidad del servicio y estamos seguros que si seguimos invirtiendo a este ritmo y trabajando mucho, vamos a bajar la duración y frecuencia de los cortes en un 50%”, vaticinó Bezzeccheri. El grupo ENEL Argentina participa en todas las etapas del proceso energético: generación, transporte, comercialización y distribución. En el área de generación y con un total de 4558 MW de capacidad instalada, agrupa las sociedades Costanera, El Chocón, Central Dock Sud y Green Power Argentina; en Transporte opera con TESA, CTM y Yacylec; para Comercialización se maneja a través de Trading Argentina; y la etapa de distribución está a cargo de Edesur.

También tiene participación en las termoeléctricas Manuel Belgrano y José de San Martín, en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires, respectivamente. Además, distribuye energía a través de Edesur a más de 2,5 millones de usuarios domiciliares, industriales y comerciales. El directivo valoró el “esfuerzo” de los trabajadores del sector al señalar que “hubo un acuerdo con los gremios en términos de recuperación salarial a través de las paritarias y, además, un acompañamiento responsable para lograr más productividad y mejoras en el servicio”. Bezzeccheri destacó la seguridad jurídica y el marco regulatorio para el segmento energético, que puso en marcha el Gobierno Nacional, y ponderó especialmente la Revisión de Tarifas Integral (RTI), que permitió “restablecer la ecuación económica de la empresa”. “Hoy existe una tarifa con una perspectiva de cinco años que permite hacer una planificación de las inversiones”, aseveró. El ejecutivo expresó su confianza en la actual política energética y adelantó que “analizaremos, si surgen, oportunidades de inversión en el país en distribución. ¿Por qué no crecer en ese sector en la Argentina?”, se preguntó. Atribuyó esa posibilidad a “la premisa de que, como grupo internacional, creemos en la Argentina.

Somos uno de los pocos o el único en el sector energético-eléctrico que se quedó todos estos años” en el país, a pesar de que “no distribuimos dividendos y no hubo ganancias para los inversionistas”. “Nos quedamos porque tenemos sentido de responsabilidad”, enfatizó Bezzeccheri, y se mostró sorprendido de que esa decisión empresarial “se transforme en una cosa rara o misteriosa, que no se sabe qué esconde detrás”. En diálogo con Télam, Bezzeccheri contrastó la gestión del gobierno actual en el área energética con la tarea desarrollada por las anteriores administraciones. “La compañía no tenía libertad de elección para las inversiones; el Ministerio de Planificación lo analizaba y decidía qué parte aprobaba. Este esquema de trabajo llevó al resultado de los cortes promedio a 30 horas por habitante por año”, detalló. Recordó además que el retraso en las tarifas que sufrieron las distribuidoras durante muchos años y la falta de pago de energía a Cammesa provocó un “pasivo regulatorio” en las compañías eléctricas.

“En la ley de balance del Estado se previó un capítulo para compensar las deudas de las distribuidoras del país que tenían con Cammesa por la energía que no le pagaron. Este es un capítulo que queda abierto y esperamos que se pueda solucionar este año”, se esperanzó. En este marco, puso de relieve el hecho de que las primeras decisiones oficiales, desde febrero de 2016, incentivaron a la empresa a invertir el año pasado “unos $ 2.700 millones” que se destinaron a “mejorar las grandes centrales de transformación y centenares de kilómetros de cables de media tensión”. “Para nosotros, era una señal suficiente de que se iniciaba un proceso virtuoso y creímos que podía continuar”, sostuvo Bezzeccheri, un ingeniero químico graduado en la Universidad de Nápoles Federico II y con experiencia profesional en España, Rusia y Holanda.