El contexto que vivimos los últimos meses, con diversos traspiés del Gobierno, y las urgencias y emergencias para contener el dólar nos lleva a ubicar un segundo semestre del 2025 con situaciones económico-sociales complejas. El debilitamiento de las instituciones de la República sigue su curso y el manejo desde el Estado de los temas energéticos se ve seriamente afectado. Se ha diluido el pensamiento crítico y la relación de las dirigencias de los partidos políticas con la población.
Ello lleva a pensar que la agenda energética con insuficiente poder político va a tener serios problemas (cortes en verano, falta de presión de gas etc.). El incremento de un grado de amagues del gobierno ha saturado gran parte de la población y aparecen tentativas autoritarias.
Hay temas críticos como:
La reprivatización de las centrales hidroeléctricas del Comahue a las que se opone la población patagónica que las considera como al agua patrimonio del pueblo argentino. Y, por lo tanto, reclama anularla. La insuficiencia del transporte eléctrico requiere de urgentes medidas correctivas y nuevas líneas. De 500 KV para dar cabida a más plantas eólicas y solares. No se vislumbra ninguna planificación al respecto.
La oferta de más gas natural de Vaca Muerta no encuentra un ritmo de consumo y penetración acorde. No hay tampoco políticas de incentivo del uso del mismo ya sea en la industria y en servicios como el transporte (GNC). Por otro lado, se subió el precio gas del pico invernal al doble (US$ 7/MMBTU) provocando más escollos a la competencia industrial y más ajustes al presupuesto familiar. Debería desde este cuatrimestre planificar para que ello no suceda el año próximo. Vaca Muerta expresa una esperanza con avances en la exportación de crudo que avanza fuertemente, pero no así en gas natural donde recién en el 2028 se podrá obtener con dos barcos FLNG un nivel significativo de exportación del mismos en forma de GNL. El GNL debería difundirse como energético para el transporte pesado y de las locomotoras. No hay previsiones de nuevas vías férreas.
La reconstrucción del aparato productivo urge la argentina está cada vez más débil en la capacidad industrial. Las obras publicas se han detenido y no hay visos de reactivación son q las que más mano de obra pueden generar en el corto plazo. La modernización de estos activos es fundamental para un suministro de energía renovable y avanzar en la transición energética y permite adecuar las centrales a nuevas condiciones de operación aportando mayor flexibilidad, almacenamiento y confiabilidad. El deterioro de la actividad económica interna de EEUU la lleva a disputar mercados por todos lados con impuestos a la importación de productos. EE.UU. apuesta en forma casi oligopólica al desarrollo de ventas de su gas no convencional en forma del GNL al mundo provisto por su decena de plantas gigantes de licuefacción en Luisiana y Texas.
En los primeros 8 meses de 2025 exportó a 20 países 69.000 millones de ton de GNL (+22% sobre igual periodo en 2024). En Argentina la propuesta por varios productores propone, en 2028 y con 2 barcos FLNG, llegar a 6.000 millones de ton de exportación. Esto puede expandirse, según predicciones de YPF, unas 5 veces (10 barcos de FLNG) y llegar a una oferta de exportación de 30.000 millones de ton por año. Es decir, Argentina se transforma en un competidor de EE.UU.
Trump apura que Argentina se desligue de China, que es el gran mercado potencial de GNL. Han venido funcionarios de gobierno americano a desalentar los vínculos con China, en especial los energéticos y han sido recibidos amistosamente, cuando en realidad están planteando un límite a la evolución del sector energético nacional.
Fuente: El Economista