La ministra de Medio Ambiente y Cambios Climáticos, Marina Silva, dijo, este jueves (29), que Brasil llegará a la COP30 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambios Climáticos), a realizarse en 2025, en Belém, con reducción de emisiones de carbono , reducción de la deforestación y gobernanza para ser considerado protagonista y referente en el sector.
Marina Silva hizo la declaración al participar en el panel Sostenibilidad, Medio Ambiente, Clima y Bioeconomía como Políticas de Estado en Febraban Tech 2023, el principal evento de tecnología e innovación en el sector financiero de América Latina.
Según el ministro, los esfuerzos para alcanzar esta meta ya están en marcha y son prometedores. Frente a la audiencia, Marina afirmó que los principales vectores de emisión de carbono en el país son la deforestación y la agricultura, que representan el 73% de las emisiones brasileñas.
“Ya estamos reduciendo las emisiones en un 53%. Lo bueno es que Brasil, como dicen estudios de Embrapa [Corporación Brasileña de Investigación Agropecuaria] y varias instituciones, puede duplicar su producción sin talar un árbol más. Entonces, no vamos a crear daños a la economía brasileña”.
Para Marina, cuando se trata del medio ambiente, hay muchos desafíos y ninguno se superará de manera unilateral. Por eso, el multilateralismo se reinventa precisamente para dar cuenta de estos esfuerzos, que necesariamente deben ser globales, con cada país o región asumiendo sus responsabilidades y comenzando a implementar esta agenda.
Según el ministro, la cooperación es fundamental y el enfrentamiento de forma transversal, con un nivel de máxima prioridad, atrae la cooperación internacional.
“Brasil quedó prácticamente bloqueado, y luego el presidente Lula va a Egipto en la COP 27, y demuestra que el tema climático está en el nivel más alto de prioridad, que nuestros compromisos se cumplirán en el ámbito del Acuerdo de París, y luego comenzamos a tener una profusión de inversiones moviéndose hacia Brasil”, dijo.
El ministro recordó que, recientemente, el gobierno creó el programa Agricultura Baja en Carbono, junto con el Plan Sacra, y que el objetivo es trabajar para mostrar al mundo que Brasil puede ser, al mismo tiempo, una potencia agrícola, ambiental, hídrica. y forestal y así posicionar al país como un referente por su prioridad con el medio ambiente.
“El mundo le va a poner precio [atribuir valor] al carbono y no quiere importar productos intensivos en carbono, mucho menos aquellos que destruyen la diversidad y los pueblos indígenas. Brasil se está preparando para eso, o sea, estamos buscando todo lo que ya existe en la sociedad para transformarlo en políticas públicas de escala y hacer justicia a la potencia ambiental que somos”, dijo Marina Silva.
Fuente: epbr