El petróleo inició 2023 como terminó 2022, con precios bajo presión, por debajo de los US$ 80 por barril, en medio de temores de recesión y el avance del covid en China, poniendo en entredicho la tesis de una recuperación de la demanda del commodities.
Las sorpresas geopolíticas y un cambio en el sentimiento podrían incluso impulsar los precios a corto plazo, pero los fundamentos más débiles apuntan a precios aún más bajos a largo plazo, considera el banco suizo Julius Baer.

Los futuros del petróleo WTI (la referencia de América del Norte) para febrero terminaron la sesión de ayer con una caída del 5,3% a $ 72,84, mientras que el petróleo Brent (la referencia mundial) para marzo cayó un 5,18% a los EE. UU. $ 77,84.

"Creemos que no se debe sobrestimar el potencial de recuperación de la demanda de petróleo de China porque los reveses recientes han sido limitados", escribe Norbert Rücker, director de Economía de Julius Baer, ​​al señalar que el mercado inmobiliario del país enfrenta problemas estructurales y la demanda porque el combustible para automóviles está expuesto a cambios rápidos de electrificación.

Para Rücker, la situación del mercado petrolero ilustra algunos de los temas económicos generales de la actualidad. Primero, según el profesional, la fase de reposición del ciclo de inventario parece haber terminado, silenciando la demanda temporalmente. "Dicho esto, la falta de un almacenamiento de datos adecuado, especialmente en China y los mercados emergentes, añade un cierto grado de incertidumbre", escribe.

En segundo lugar, el director señala que la reducción de los precios de la energía en general enfría significativamente la inflación. “De hecho, los precios de la energía entrarán en una fase de fuerte deflación simplemente por caer por debajo de los niveles del año anterior. La desinflación, más que la inflación, puede ser la sorpresa económica en 2023”, escribe.

Sin embargo, Rücker señala que, dado que la demanda se mantiene estable en gran medida y la oferta aumenta en el margen a medida que disminuyen las restricciones políticas, los fundamentos pueden continuar debilitándose este año. “El ruido geopolítico sigue siendo alto, pero el petróleo ruso aún encuentra su camino hacia los compradores y la caída en la producción de piezas es absorbida por una caída en la demanda interna a largo plazo, pero los fundamentos apuntan a precios aún más bajos en el largo plazo”, agrega.

Fuente: Valor Econômico