Después de aumentar en más de 13 mil millones de toneladas en 2021, se espera que las emisiones de CO2 del sector eléctrico experimenten una ligera disminución de alrededor del 0,5 % en 2022 y del 1 % en 2023, menos debido a un cambio de matriz que a una demanda.
La disminución del 2,4% en la demanda de electricidad este año se produce en medio de un crecimiento económico mundial más lento y precios de la energía más altos a raíz de la invasión de Ucrania por parte de Rusia y las nuevas restricciones de salud pública, particularmente en China.
En la industria de las energías renovables, la AIE señala que las adiciones de capacidad conducirán a un crecimiento de alrededor del 10% en la generación para 2022.
Mientras que la generación nuclear y a gas deberían tener caídas de 3% y 2,6%, respectivamente.
En Europa -donde la previsión es de un mayor consumo de carbón para reducir el gas y compensar la caída de la generación nuclear-, la AIE calcula que el aumento de las emisiones podría llegar al 3% en 2022.
Mientras que la región de Asia-Pacífico podría ver cómo las emisiones aumentan nuevamente hasta en un 1%, con un crecimiento de la demanda que supera la generación de energía renovable adicional, y el carbón interviniendo para satisfacer el consumo.
Por otro lado, Estados Unidos debe ayudar a equilibrar el juego, aumentando la generación renovable y reemplazando los combustibles fósiles.
En el continente americano, la agencia señala un crecimiento moderado de la demanda -casi un 2% en 2022 y menos del 1% en 2023-, tras crecer en torno al 2,4% en 2021.
“Estas proyecciones son ligeramente más altas para 2022 y más bajas para 2023 que nuestro pronóstico de enero, en gran parte debido a la rápida recuperación económica en los Estados Unidos”, comentan los analistas de la AIE.
Para Estados Unidos, el pronóstico, que era de estancamiento, se actualizó a un aumento de la demanda del 2%, impulsado por el consumo residencial de calentadores durante un invierno más frío y una rápida recuperación de la demanda en los sectores industrial y comercial.
Brasil, que hasta junio de 2022 registraba un aumento anual de alrededor del 2% en la demanda eléctrica, tenía pronósticos revisados a la baja, con expectativas negativas sobre la economía.
La perspectiva de un crecimiento de la demanda de casi el 4 % en 2022 se ha reducido al 1,5 %, seguido de un 2,3 % en 2023.
Fuente: epbr