El stock de diésel de Brasil es inferior a lo que dice el gobierno, según Leggio Consultoria.
Los datos de existencias de diesel presentados por el gobierno son técnicamente defectuosos y minimizan los riesgos reales de escasez en el mercado interno. Esta es la evaluación del socio director de Leggio Consultoria, Marcus D'Elia, quien critica la forma en que el Ministerio de Minas y Energía (MME) y la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP) gestionan los riesgos de escasez de combustible en este segundo semestre.
Según la consultora, la cobertura de stock actual del país es de 15 días, y no de 50 días como informó el Ministerio de Minas y Energía.
Recuerde: Hace dos semanas, el ministro Adolfo Sachsida, al participar en una audiencia pública en el Senado, dijo que Brasil estaba “bien posicionado” y abastecido hasta fin de año, con existencias suficientes para cubrir 50 días de interrupción de las importaciones.
D'Elia explica que los criterios que utiliza el gobierno, en el cálculo, están distorsionados, pues solo consideran la relación entre los volúmenes almacenados y la importación promedio del derivado.
“Al considerar solo los riesgos de importación, el gobierno trabaja con un número [de demanda] significativamente más bajo y establece efectivamente una cobertura de inventario más alta. Pero técnicamente no es correcto. Básicamente, cuando hablamos de inventario, debe cubrir cualquier interferencia con el movimiento del producto, no solo las importaciones. Es más una cuestión de cómo interpretar el riesgo, no si realmente tenemos o no inventarios. Los cepos están ahí, pero la retórica [de las autoridades] es mala”, dice la consultora.
El otro lado: El MME reforzó que Brasil efectivamente tiene stocks operativos equivalentes a 50 días de necesidades de importación y que los datos se basan en la consolidación de las proyecciones de demanda, producción, importación y stock de los agentes y entidades del sector. El Ministerio también destacó que coordina el Comité Sectorial de Seguimiento del Abastecimiento Nacional de Combustibles y Biocombustibles, que tiene como objetivo gestionar los temas inherentes al abastecimiento nacional y monitorear “la situación energética actual, dada la geopolítica mundial, con incidencia en los flujos y en las cotizaciones de los principales commodities energéticos”.
Los inventarios por sí solos no resuelven el problema.
Según D'Elia, la gestión de riesgos debe ir más allá del monitoreo de inventarios per se.
A juicio de la consultora, lo más importante hoy sería mapear los puntos de mayor riesgo, identificar alternativas de abastecimiento y planificar rutas para trasladar el producto a los lugares más vulnerables.
Según Leggio Consultoria, existe el riesgo de escasez de diesel, pero si hay escasez de combustible, probablemente será en lugares específicos, más vulnerables, en regiones más alejadas de los centros de producción e inventarios, que se concentran en el sureste.
Para D'Elia, falta una planificación pública sobre cómo mantener el suministro en todas las regiones en caso de una ruptura.
“La focalización es mala. Primero, [el gobierno] quiere demostrar que tiene una gran reserva y segundo, que resuelve el problema. Y no es ninguno... No es que exista un riesgo inminente de interrupción generalizada, pero la forma en que se transmite la información sugiere que somos mucho más sólidos en términos de inventario de lo que somos. Y nos preocupa mucho el tema de la bolsa en sí”, comenta.
“Deberíamos preocuparnos por elaborar un plan de contingencia para llevar el producto a los lugares donde pueda faltar. El stock no garantiza el suministro, es solo el primer paso. Estudiar el riesgo de disrupción y la resiliencia de las cadenas logísticas es fundamental para prepararse ante imprevistos, como el retraso de una embarcación en algún lugar del país o un accidente en una terminal, entre otros”, agrega.
Fuente: epbr