La primera ministra lituana, Ingridas Simonyte, dijo que “cualquier reducción o desaparición de esta fuente de financiación tendría un impacto muy significativo en la economía rusa y en la capacidad de seguir financiando la guerra en Ucrania”.
La inversión fue financiada por la Unión Europea a través del programa Connecting Europe Facility (CEF) y costó alrededor de 500 millones de euros. El gasoducto, que recorre más de 500 kilómetros, también está integrado con Estonia y Letonia. Anteriormente, los 2 países solo podían recibir gas natural de Rusia. El gigante energético estatal ruso Gazprom ha dejado de enviar gas a Bulgaria y Polonia después de que los países se negaran a realizar pagos en rublos.
Desde el 31 de marzo, Vladimir Putin ha exigido a las naciones que apoyan las sanciones impuestas a Rusia que abran dos cuentas en Gazprombank, una en euros y otra en rublos, desde las cuales se realizarían los pagos de gas. La estrategia del Kremlin es vista como un movimiento para impulsar la moneda rusa.
Fuente: Poder 360