La gestión 2018 terminó con 1,5 por ciento de inflación: el porcentaje más bajo desde 2009, año en que se registró 0,30 por ciento. Sólo un año antes (2008) se reportó el índice más alto de los últimos 13 años: 11,9 por ciento
FUENTE: LOS TIEMPOS

Para el ciudadano común este 1,5 por ciento de 2018 podría representar una buena noticia: los precios no subieron. Pero tres analistas económicos, Bruno Rojas, José Gabriel Espinoza y Henry Oporto, alertan que este registro indica que la gente dejó de comprar. La economía de Bolivia se está desacelerando y el panorama se puede mantener este año por la agenda electoral.

Espinoza explica que en 2018 los precios han subido menos que en años anteriores, pero la diferencia con 2017 (5 por ciento de incremento) se debe a que en esa gestión hubo ajuste en las tarifas de transporte y del precio del pan de batalla en varias ciudades del país, lo que empujó la inflación. Que los costos se hayan mantenido estables este año, según el especialista, significa que la dinámica económica no es tan alta como se sostiene a nivel del Gobierno.

En cambio, Oporto indica que una baja inflación refleja un menor crecimiento económico y permite que el poder adquisitivo del ingreso de los bolivianos se mantenga relativamente estable, pero tiene también un efecto negativo. “La actividad económica está perdiendo dinamismo, se está estancando y eso significa menos oportunidades de negocio y empleo que resulta preocupante.

Es otro síntoma que nos advierte que la economía boliviana está en un proceso de deterioro”, indica. SEGUIR LEYENDO...