Jueves, 15 Diciembre 2016

El boy scout petrolero elegido por Trump

Rex Tillerson, CEO de Exxon, ocupará la Secretaría de Estado de Estados Unidos, uno de los puestos más influyentes del mundo. Retazos de un hombre ligado a Vaca Muerta y a la industria.
Fuente: Rio Negro
   
Dos instituciones moldearon de forma profunda la vida de Rex Tillerson: ExxonMobil y los Boys Scouts”, definió el periodista Steve Coll, autor del libro “Imperio privado, Exxon y el poder americano”.
 
En la primera, la petrolera integrada más grande del mundo, el empresario nominado por Donald Trump para convertirse en su Secretario de Estado paso 40 años, diez de ellos como el principal ejecutivo. En la segunda, Tillerson aprendió la cultura de la supervivencia, algo que aplicó más tarde en el negocio para cerrar acuerdos en los escenarios más hostiles.
 
El Departamento de Estado es mucho más que una cancillería. Con la doctrina del Destino Manifiesto de telón de fondo, este ministerio es una pieza clave para moldear la política global y la seguridad interior del país, uno de los temas centrales en el mundo doméstico de Estados Unidos. La misma estirpe antipolítica que llevó a Trump al poder lo empujó a promover al CEO de una empresa global para gobernar las relaciones internacionales del país más poderoso del mundo.
 
Tillerson, nacido en Texas, conoce de cerca Vaca Muerta. Su empresa, con él como principal comandante, fue una de las que más interés mostró cuando Neuquén salió a vender su riqueza al mundo. Sus directivos recibieron varias veces al exgobernador Jorge Sapag en Houston, donde fueron anfitriones de distintas visitas oficiales.
 
El ejecutivo también visitó el país en varias oportunidades. Se vio con Cristina Kirchner y hace algunos meses con Mauricio Macri, a quien le prometió millonarias inversiones. Como hombre del petróleo, está acostumbrado a lidiar con jefes de Estado, sin importar demasiado su procedencia política o ideológica.
 
Es que Exxon en sí misma es un pequeño Estado. Mueve diariamente tanto dinero como un país pobre del tercer mundo. “La política exterior de la petrolera a veces tuvo más impacto en los países donde opera que el propio Departamento de Estado”, grafica Coll.
 
“Tomemos, por ejemplo, Chad, uno de los países más pobres de África. A mediados de los 2000, el presupuesto militar y de ayuda humanitaria de Estados Unidos en su capital, Yamena, fue de menos de 20 millones de dólares anuales, mientras que las regalías pagadas por Exxon al gobierno fueron 500 millones de dólares. Idriss Deby, el autoritario presidente de Chad, no necesitó una calculadora para entender que Tillerson era más importante para su futuro que Estados Unidos”, remarcó el periodista.
 
Cuestionamientos
 
Aunque todavía el Senado debe aprobar el pliego del Secretario de Estado, en el país del norte muchos cuestionan –como pasó en Argentina con Juan José Aranguren– que con sus decisiones puedan favorecer a Exxon. Por ejemplo, levantando embargos a Rusia, un socio clave de la petrolera estadounidense. Justamente los vínculos de Tillerson con el presidente ruso Vladimir Putin quedaron en el centro de la polémica.
 
El nominado secretario es un lector febril de la filósofa Ayn Rand, mentora del objetivismo, una corriente que entrona al capitalismo ultraliberal como único modelo posible. ¿Podrá hacer compatible su mirada de empresario con la necesidad de un país?
 
A nivel doméstico, abrirá una puerta al posible desembarco de capitales estadounidenses para Vaca Muerta. Después de todo, en el avión de un Secretario de Estado, siempre viajan los empresarios deseosos de hacer negocios.
 
Otro texano conocido Perry irá a Energía Otro conocido de la casa, el exgobernador de Texas, Rick Perry, será el secretario de Energía de Estados Unidos. Gobernó el estado petrolero hasta el 2015, y recibió a varios funcionarios y empresarios locales cuando el no convencional apareció en el horizonte no convencional para contarles su experiencia. Perry, que había apoyado a Ted Cruz durante la primaria republicana, fue elegido por Donald Trump para conducir una cartera que, durante el gobierno de Barack Obama, tuvo todas las antenas puestas en desarrollar la energía renovable. Con Trump eso va a cambiar. Sus asesores ya empezaron a revisar esas políticas para volver a temas polémicos como la energía nuclear y las plantas de carbón. La petrolera más grande del mundo funcionó siempre como un estado en sí mismo. Su presencia es vital para algunos países del mundo en desarrollo.