A pesar de haber cedido a la importación de combustibles para la comercialización a precio internacional, la medida no tuvo efecto pues el pago de impuestos, las restricciones burocráticas ante las instancias de sustancias controladas y otros trámites, desalentaron a los empresarios. Ante este panorama, el analista energético Álvaro Ríos planteó al Gobierno la elaboración de un decreto supremo para facilitar el ingreso de gasolina y diésel al mercado nacional.