Los pueblos indígenas Achuar, Wampis y Chapra enviaron una carta al gobierno peruano y a Petroperú para rechazar el acuerdo de interconexión con Ecuador. Entre los cuestionamientos figuran los constantes derrames petroleros en el oleoducto peruano que impactan en los territorios indígenas.
Cinco datos clave El 28 de julio, durante el mensaje a la Nación por el aniversario de Perú, la presidenta Dina Boluarte anunció que se había suscrito un acta de cooperación interinstitucional entre Petroecuador y Petroperú, las empresas estatales del sector hidrocarburos de Perú y Ecuador.
En el discurso se especificó que este acuerdo estaría destinado a la compra directa de petróleo de Petroecuador y establecer una interconexión de campos petroleros ecuatorianos con el Oleoducto Nor Peruano (ONP) para transportar el crudo desde Ecuador a la terminal de Bayóvar y a la refinería de Talara en Perú.
La ruta que seguiría el oleoducto desde Ecuador hasta Perú. Fuente: Amazon Watch El anuncio de transportar petróleo desde Ecuador a través del ONP no es nuevo. Desde el año 2000 hubo interés de Ecuador para transportar el petróleo que se extraía de la Amazonía ecuatoriana a través del Oleoducto Nor Peruano, pero nunca se concretó. El tema se habría abordado en la reunión bilateral entre Boluarte y el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, que se realizó en julio de 2024.
Esta propuesta se une, además, a la denominada Ronda Petrolera Suroriente, una subasta de por lo menos 14 bloques petroleros ubicados en las provincias de Pastaza, Orellana, Morona Santiago y Napo, en la región Amazónica suroriental de Ecuador, cerca del límite con la región de Loreto, en Perú, por donde transita el oleoducto. El gobierno de Noboa ha anunciado la licitación de estos lotes para el primer trimestre de 2026.
El rechazo de los pueblos indígenas hacia la posibilidad de abrir la exploración y explotación de los lotes petroleros en esta parte de la Amazonía ecuatoriana ha sido constante. En Perú, el ONP mantiene un historial de derrames de 146 en promedio por año desde el año 2020, según el tercer informe “La sombra de los hidrocarburos”, publicado en 2024 por el Grupo de Trabajo sobre Impactos de los Hidrocarburos (GTIH) de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH).
Durante el mensaje a la Nación del 28 de julio, la presidenta de Perú, Dina Boluarte, anunció que se había suscrito un acta de cooperación interinstitucional entre las empresas estatales de hidrocarburos Petroecuador y Petroperú. Foto: Agencia Andina Los pueblos indígenas de ambos países se oponen a que se continúe extrayendo petróleo de la selva amazónica y han emitido un pronunciamiento conjunto rechazando cualquier actividad de hidrocarburos en ambos lados de la frontera, así como al anunciado acuerdo de interconexión. Mientras tanto, las empresas estatales de hidrocarburos de ambos países indican que el compromiso está avanzando.
Rechazo al acuerdo petrolero El ministro de Energía y Minas (Minem) peruano, Jorge Montero, reafirmó lo anunciado por Boluarte. En una entrevista con Radio Programas del Perú, el mismo día del mensaje, Montero dijo que “Ecuador está desarrollando nuevos campos petroleros hacia el sur de su Amazonía, aproximándose a Perú”. Montero explicó que estos nuevos campos petroleros quedan mucho más cerca del Oleoducto Nor Peruano que del oleoducto ecuatoriano, que sale por Esmeralda, en el norte del país, casi en la frontera con Colombia.
La propuesta de Petroecuador a Petroperú es evaluar “un nuevo negocio entre ambas empresas”, que implica un ducto de unos 60 ó 70 kilómetros de longitud que una campos petroleros en el sur del Ecuador con el Oleoducto Nor Peruano. De esta manera la producción del sur de Ecuador, que está por encima de los 200 mil barriles de petróleo diarios, podría transitar por el Oleoducto Nor Peruano hasta Bayovar y desde allí a la exportación o a la refinería de Talara, precisó Montero.
El Oleoducto Nor Peruano atraviesa el territorio wampis, en el departamento de Amazonas, Perú. Foto: cortesía de Jacob Balzani En respuesta a este anuncio, la Federación de la Nacionalidad Achuar del Perú, el Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampís y el Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Chapra manifestaron su rechazo al “absurdo intento de interconexión” entre Perú y Ecuador para transportar petróleo ecuatoriano a través del Oleoducto Nor Peruano.
En una carta pública dirigida al gobierno peruano y a Petroperú, los pueblos indígenas señalaron que el acuerdo no ha sido “consultado con nuestros pueblos ni cuenta con su consentimiento previo, libre e informado”, por lo que constituye una violación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y de la legislación peruana.
“Nos oponemos a la ampliación del tránsito de crudo por el Oleoducto Nor Peruano”, dice la carta y destaca que “con su capacidad actual, dicho ducto ya genera un promedio de 146 derrames al año”. En la carta también se menciona que el anuncio de que “el oleoducto triplicará su capacidad operativa es una irresponsabilidad mayúscula que representa una grave amenaza para nosotros [los pueblos indígenas] y para toda la Amazonía, un ecosistema frágil y vital en la lucha contra el cambio climático, que debe ser protegido por los Estados amazónicos y la comunidad internacional”.
Kevin Koenig, director de Clima, Energía e Industria Extractiva de Amazon Watch, explica que actualmente, por lo menos en Ecuador, “es un escenario de ampliación de la frontera petrolera en Ecuador porque hay planes de lanzar la ronda petrolera. El problema es cómo se transporta el crudo”.
Vista aérea del territorio Sápara, en Ecuador. Foto: cortesía Amazon Watch En agosto de 2024, el gobierno ecuatoriano anunció el lanzamiento de cinco rondas de licitaciones de bloques petroleros y de gas natural. Uno de ellos era la Ronda Suroriente. En ese momento se dijo también que para el primer semestre de 2026 se tendría estructurado el proyecto para esta zona.
De acuerdo con el informe Perforando hacia el desastre: crudo amazónico y la apuesta petrolera del Ecuador, de la organización Amazon Watch, los 14 bloques petroleros que serían subastados en el suroriente de la Amazonía ecuatoriana se extienden sobre 2.3 millones de hectáreas de los territorios de siete nacionalidades indígenas: Sápara, Shiwiar, Kichwa, Waorani, Achuar, Shuar y Andoa.
El informe de Amazon Watch también señala los riesgos de cada una de estas nacionalidades ante la presencia de los hidrocarburos en sus territorios. En el caso del pueblo Sápara, ubicado en el límite sur del Parque Nacional Yasuní, su lengua y su cultura están en riesgo porque cuenta con una población de apenas 400 personas. En el caso de los Shiwiar, con una población de aproximadamente 1200 personas, tiene sobre su territorio el bloque 86, que guarda los mayores yacimientos de petróleo de la Amazonía ecuatoriana.
Esta zona petrolera que pretende abrir Ecuador también afectaría al territorio del pueblo Kichwa del Pastaza, así como al pueblo Waorani, que entó en contacto con el mundo occidental solo a partir de la década de 1970. Situaciones similares enfrentan los Shuar, Andoa y Achuar, este último pueblo con poblaciones en ambos lados de la frontera.
El petróleo crudo cubre los guantes de Nemonte Nenquimo y Flor Tangoy después de sumergir sus manos en un pantano contaminado en las afueras de Lago Agrio, Ecuador. Imagen de Dan Collyns para Mongabay “Será difícil construir un oleoducto cruzando territorios de varias nacionalidades que están firmes en su resistencia”, comenta Koenig sobre la oposición de los pueblos indígenas del lado ecuatoriano ante la subasta de los lotes petroleros.
Los derrames de petróleo en Perú Al otro lado de la frontera, en Perú, los territorios indígenas de los pueblos Achuar, Wampis, Chapra, Awajún, Asháninka y Kichwa también quedarían afectados por el paso del ducto y los derrames que podrían repetirse en el ONP.
Teófilo Kukush, presidente del Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampís (GTANW) cuestiona el acuerdo debido a la contaminación que la actividad petrolera ha dejado en los territorios indígenas. El líder indígena también cuestiona que el Estado no cumpla con la renovación del Oleoducto Nor Peruano. “Nosotros lo rechazamos porque vivimos tomando el agua contaminada del río, de las quebradas y los peces. Además, hay poca presencia del Estado y siguen aprovechando nuestros recursos sin consulta previa y por eso también lo rechazamos”.
Un tramo del Oleoducto Nor Peruano, en la Amazonía peruana. Foto: Barbara Fraser La congresista Ruth Luque, del bloque Democrático Popular, también cuestiona esta propuesta de interconexión debido al historial de derrames que tiene el ONP. “La sensación que tengo es que la Amazonia no puede seguir siendo el sitio de extracción de recursos si no hay una responsabilidad seria para resolver los problemas de derrame y los problemas de fondo que existen”.
Luque también recuerda que hasta el momento en Perú no se ha iniciado la remediación de los más de 3000 pasivos ambientales y sitios impactados que hay en Perú. “No hay una remediación concreta que se haya iniciado y si sumas temas vinculados a economías ilegales, narcotráfico, organización criminal y los problemas estructurales de falta de salud, falta de educación, abandono precario del Estado, ¿cómo, en un escenario de esa naturaleza, puede la mirada del Estado ser netamente de extracción de recursos?”.
Luque sostiene que “hace falta una mirada política de otra naturaleza sobre lo que en este momento la Amazonia debería representar para el país”. “Debería ser una Amazonía en la que se asegure temas de remediación, que se empiece una discusión seria con las poblaciones indígenas.
Eduardo Pichilingue, co-coordinador del Grupo de Trabajo sobre Impactos de los Hidrocarburos (GTIH) de la CNDDHH, también se refiere a la “situación precaria” del Oleoducto Nor Peruano. “Hay muchos puntos en el trayecto del oleoducto que en cualquier momento se pueden pueden romper por corrosión. Es lo que ha pasado, la mayoría de los derrames petroleros que se han dado en los últimos años han sido por corrosión”.
Mesa de trabajo “Derrames Petroleros y Afectaciones en los Lotes 192 y 8: Respuestas del Estado Frente a las Demandas de los Pueblos Indígenas de las Cuatro Cuencas de Loreto”, en el Congreso de la República. Foto: Yvette Sierra Praeli Pichilingue explica que en los últimos años el oleoducto no ha tenido un alto flujo de petróleo y la preocupación es que a partir de la interconexión con Ecuador aumente la presión por la cantidad de crudo que se transportaría, afectando los territorios de los pueblos indígenas. “Recordemos que [el ONP] pasa por la Amazonia norte [de Perú], por el Marañón, la provincia con mayor diversidad de pueblos indígenas de Perú, afectando todos esos territorios indígenas”.
“La mayoría de comunidades está en clara resistencia al ingreso de la actividad de hidrocarburos porque lo que ven son los problemas durante todas estas décadas, la falta de acceso al agua potable, la imposibilidad de consumir muchas veces los peces del río, los problemas de desnutrición”, señala Pichilingue. “Hay una catástrofe desde que se abrió el oleoducto, desde que se abrieron las primeras actividades petroleras en la Amazonía de Ecuador y de Perú”, agrega.
Mongabay Latam consultó con Petroperú y Petroecuador sobre los problemas que representa la actividad hidrocarburífera en la Amazonía y sobre los alcances del acuerdo. Desde Petroecuador contestaron que el acuerdo de cooperación “constituye el inicio de negociaciones entre ambas empresas con el fin de llegar a un acuerdo para el intercambio de productos en condiciones más favorables de mercado, de forma directa y sin intermediarios”. No respondieron sobre la cuestión ambiental y los derrames.
Petroecuador también señaló que a nivel ministerios de ambos países se están “revisando los Memorando de Entendimiento para la debida suscripción” y que “posteriormente se deberán firmar los demás documentos entre las empresas, por lo que aún no es posible determinar una fecha precisa de inicio de este acuerdo”.
Petroperú, hasta el cierre de esta edición, no respondió a las preguntas enviadas por Mongabay Latam.
Fuente: Mongabay