La Asociación Nacional de Trabajadores de la Energía y el Petróleo (Antep) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de Petroecuador (Sintep) rechazaron de forma contundente la decisión ejecutada este 9 de agosto por la empresa pública Petroecuador, que implica la desvinculación de cerca de 1.000 trabajadores adicionales.
De acuerdo con el comunicado de Petroecuador, la medida generaría un ahorro de USD 31 millones. Para los gremios, esta cifra es mínima y se utiliza como argumento para encubrir el verdadero propósito: dejar a la empresa en una situación crítica en sus operaciones, afectando la producción y exportación de crudo y derivados.

Impacto en áreas estratégicas Los sindicatos advierten que la decisión golpeará de forma directa la capacidad operativa. Como ejemplo, señalan que cuatro de los cinco capitanes de amarre en terminales marítimos fueron notificados de su salida. Cada uno posee matrícula única para realizar operaciones de carga de crudo a buques, por lo que su ausencia compromete la seguridad en la transferencia de hidrocarburos.

En el área de perforación, pese a contrataciones temporales recientes por falta de personal, los despidos ya han reducido a la mitad el equipo de ingeniería, afectando especialmente a profesionales con amplia trayectoria en los bloques que opera la empresa. En geología, la carga de trabajo ya se había duplicado tras anteriores recortes, obligando a un mismo especialista a encargarse de varios campos.

Las nuevas desvinculaciones reducen aún más la capacidad técnica en esta área clave para la exploración y explotación petrolera. Privatización y debilitamiento institucional Según Antep y Sintep, esta medida no es aislada. Recuerdan que el informe de la consultora Arthur D. Little, contratado en 2022, advertía de un déficit de 1.200 trabajadores en la estatal. Con los recortes actuales, aseguran, el Gobierno ha duplicado ese faltante.

Para los gremios, el objetivo es claro: debilitar deliberadamente a Petroecuador, atacar al movimiento sindical y abrir paso a la privatización de los negocios más rentables del Estado. También advierten que el impacto trasciende lo laboral y amenaza la soberanía energética, los ingresos fiscales y el desarrollo nacional.

Los trabajadores exigen la suspensión inmediata de los despidos, la reincorporación del personal desvinculado y el fortalecimiento de Petroecuador en beneficio de los ecuatorianos, en lugar de su debilitamiento para favorecer a intereses privados.

Fuente: Radio Pichincha