Las estrategias comerciales de las compañías apuntan al consumo de estos productos Desde hace un tiempo significativo, un fenómeno se percibe en los surtidores de todo el país: La demanda de naftas premium no sólo refleja una preferencia de consumo, sino un cambio más profundo.
En este desafío, las Estaciones de Servicio asumieron el hecho de atender esta nueva realidad como una prioridad estratégica para sostener la competitividad en un mercado cada vez más segmentado y digitalizado. La tendencia de una flota vehicular que se moderniza, una industria automotriz que exige combustibles más sofisticados, un marketing que instala nuevas pautas de comportamiento y un ecosistema de descuentos que refuerza ese camino, conformaron la base de esta nueva preferencia para los clientes.
Consultado por surtidores.com.ar, el ingeniero Alberto Fiandesio, exsubsecretario de Hidrocarburos, explicó con claridad por qué los combustibles grado 3 —de mayor octanaje y precio— ganan terreno en la preferencia del consumidor. “Hay una cuestión que es innegable, el mercado del automóvil tiene preminencia por sobre el del combustible”, remarcó el especialista.
Según detalló, “cada auto nuevo va a consumir nafta grado 3. ¿A qué se debe esto? A la nueva tecnología de motores, mucho más comprimidos. La mayoría de los motores, incluso en autos medianos, son de un litro, y los fabricantes recomiendan todos el uso de nafta de mayor octanaje”.
La lógica se completa al observar lo que ocurre en el otro extremo del ciclo de vida de los vehículos. “Todo aquel que sale de circulación, por antigüedad, es una boca menos que consumía nafta súper”, apuntó Fiandesio.
Pero la evolución tecnológica no es el único motor del cambio: las estrategias comerciales también juegan su partido. “Las compañías refinadoras hacen bastante hincapié en la utilización de estos combustibles de mayor potencia, que supuestamente hacen que el auto responda mejor al acelerar, cosa que es bastante discutible”, advirtió el experto. En ese sentido, la rentabilidad no determina directamente la elección del consumidor, pero sí condiciona la comunicación de las empresas. “Ante el agobio publicitario que promueve estos combustibles más caros y, por supuesto, de mayor rentabilidad para las refinadoras, hay una respuesta —no de todo el sector, pero sí de una parte— que se convence de que esos productos son los que hay que usar”, aseveró el entrevistado.
A estos factores estructurales se suma una herramienta clave que refuerza la inclinación del consumidor hacia los combustibles premium: las promociones de fidelización y descuentos digitales que ofrecen las petroleras a través de sus aplicaciones móviles. Distintos especialistas ya habían advertido sobre esta tendencia, señalando que las compañías ofrecen incentivos adicionales, como descuentos por ser miembro de una plataforma o promociones específicas en sus aplicaciones. Esto busca atraer y fidelizar a los clientes que, de otra manera, podrían optar por no cargar combustible debido a los altos precios.
Y concluyó: “Creo que esto viene muy bien a las Estaciones de Servicio y especialmente para los trabajadores y trabajadoras que dan lo mejor cada vez que nos atienden”.
Fuente: Surtidores