Roberto Stazzoni, referente de electromovilidad de ABB: “Hay que planificar una red sólida y confiable” La electrificación del transporte comienza a manifestarse en corredores estratégicos del país y obliga a las Estaciones de Servicio a repensar su infraestructura y propuesta de valor. En el marco de la Cumbre 2025, especialistas de ABB —empresa global de tecnologías de electrificación— ofrecieron un panorama técnico sobre el estado de la electromovilidad en Argentina, la planificación de redes de carga y el impacto que esta transformación puede tener en la operación diaria de una boca de expendio.
Sebastián López Infesta, director de marketing de la división Smart Power de la firma, sostuvo que el despliegue de puntos de carga será gradual y no homogéneo. “Hoy cualquier estación es técnicamente apta para instalar un cargador, pero eso no significa que todas lo necesiten”, explicó. Asimismo, detalló que el crecimiento inicial se concentra en rutas troncales que conectan grandes ciudades —como Buenos Aires, Rosario, Córdoba y la Costa Atlántica— donde la autonomía limitada de los vehículos eléctricos obliga a planificar recargas intermedias.
Sin embargo, es indispensable tener visión del contexto regional, ya que países vecinos como Chile y Uruguay ya cuentan con grandes flotas eléctricas en circulación, y Argentina deberá tener infraestructura que también les permita operar en tránsito internacional.
Para el ejecutivo, la inversión en cargadores no puede ser improvisada: requiere lectura de flujos vehiculares, segmentación de zonas y evaluación del retorno según frecuencia y tiempos de carga. Por su parte, Roberto Stazzoni, referente de electromovilidad de ABB, remarcó en que la red de carga es condición indispensable para el despegue del parque vehicular eléctrico. “No es una cuestión de qué desarrollar primero, sino de planificar una red sólida y confiable, mientras los usuarios dan el paso hacia el eléctrico”, afirmó.
El especialista remarcó que, a diferencia del cliente de combustibles líquidos, el usuario de un vehículo eléctrico permanece más tiempo en la estación y requiere otros servicios complementarios Esto representa una oportunidad para potenciar las tiendas de conveniencia, la conectividad, y eventualmente, servicios asociados como carga digital, coworking o gastronomía. “La estación deja de ser un punto de carga para pasar a ser un espacio de experiencia”, indicó.
En términos técnicos, Stazzoni precisó que el estacionero debe conocer las diferencias entre los modelos de carga: doméstica lenta, pensada para hogares o playas de estacionamiento, y carga rápida, que requiere mayor potencia eléctrica, adecuaciones normativas y, en algunos casos, financiamiento especializado. También mencionó que ciudades como Buenos Aires ya están incorporando transporte público eléctrico con cargadores ABB de 120 kW, lo que marca una nueva escala en la demanda energética.
Fuente: Surtidores