Volvo, de origen sueco, aseguró que, a partir de 2025, sus vehículos estarán equipados con el NACS (conector Estándar de Carga de Norteamérica) para hacer sus vehículos compatibles con la red de carga de Tesla en mercados como México, Estados Unidos y Canadá.
De esta manera, los propietarios de un Volvo eléctrico tendrán acceso a 12,000 puntos de carga en la región, cifra que promete aumentar ante las intenciones de Tesla por ampliar su red de Superchargers alrededor del mundo.
Tesla Nace un nuevo estándar: Tesla abre su red de carga a los autos eléctricos de Ford y GM Tesla, Ford y GM acordaron un estándar para el hardware de carga que podría traer nuevas oportunidades de crecimiento para el mercado de autos eléctricos. El anuncio de Volvo llega un par de semanas después de que Ford y GM anunciaran un acuerdo similar con Tesla, hecho que puso sobre la mesa un nuevo estándar para el hardware de carga que ya está marcando nuevas condiciones para el mercado de autos eléctricos.
A diferencia del acuerdo de Tesla con Ford y GM, que solo aplica para los usuarios en Estados Unidos, la asociación con Volvo incluye al mercado mexicano, detalle que debe ser leído desde dos puntos de vista para entender el verdadero impacto que tendrá para el desarrollo del mercado de automoción eléctrica en el país latinoamericano.
México frente al nuevo estándar de Tesla Por un lado, abrir la red de carga en Tesla a otros fabricantes supone cubrir un aspecto vital para acelerar la adopción de la automoción eléctrica en la nación. A finales de febrero pasado, Guillermo García Alcocer, expresidente de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), durante su participación en un seminario web organizado por la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (AMPES), aseguró que México debe tener, para 2041, alrededor de 38,000 puntos de carga para autos eléctricos para cubrir la demanda y fortalecer una industria que crece.
La apertura de los puntos de carga de Tesla marcarían un avance importante al respecto. El fabricante refiere que, en el país, cuenta con 26 estaciones de supercarga y 525 puntos de carga adicionales ubicados en centros comerciales, hospitales o plazas públicas.
En paralelo, no pueden ignorarse las normas que el gobierno de Estados Unidos publicó en febrero pasado sobre su red de cargadores para vehículos eléctricos. En aquel momento, y lejos de los acuerdos ahora anunciados por Tesla, las autoridades estadounidenses pusieron sobre la mesa la idea de crear una red de cargadores para autos eléctricos financiada por el gobierno que ofrezca a la población de aquella nación la posibilidad de cargar sus vehículos sin restricciones, es decir, sin importar carga o modelo.
El gobierno de Estados Unidos espera que a través de este proyecto se acelere la adopción de autos eléctricos en el país para lograr, en 2030, que el 50% de las ventas de vehículos nuevos correspondan a autos eléctricos, con la condición de garantizar que los cargadores se fabriquen de “forma inmediata en el país” y que el 55% por ciento de su costo proceda de componentes fabricados a nivel nacional para 2024.
Para México, dicha normativa supone una alerta en términos de posibles inversiones extranjeras perdidas. Históricamente, el país se ha caracterizado por ser una fuente de componentes asequibles para la industria automotriz, en donde la automoción eléctrica no queda excluida.
Con un estándar de carga ahora impuesto por Tesla, los escenarios para México son diversos. Por un lado, gana infraestructura para dar servicio a la creciente cantidad de autos que circulan en el país. Por otro lado, hablamos de una inversión que podría desvanecerse o al menos diluirse y que obliga al talento local a especializarse en las nuevas condiciones para cumplir con los estándares de carga exigidos.
Fuente: Wired