En entrevista con la agencia epbr, explica que, aun con obstáculos de infraestructura, el segmento es el mejor preparado para la adopción de tecnología a batería, con rutas y puntos de recarga preestablecidos.
“Hay un movimiento para empezar en buses urbanos, con varios desafíos de infraestructura, pero vemos que ese segmento de aplicación ya tiene cierta madurez para el reemplazo”.
Este año, la marca alemana lanzó el primer chasis de autobús eléctrico en el mercado brasileño, con una autonomía de hasta 250 kilómetros, íntegramente desarrollado y fabricado en el país.
Los vehículos sostenibles Mercedes-Benz circulan, inicialmente, en la ciudad de São Paulo (SP).
La capital paulista pretende, a partir de 2024, tener una flota de 2.600 autobuses eléctricos para transporte público. Actualmente, alrededor de 1/3 de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del transporte a diésel en la ciudad tienen como principal fuente a los autobuses municipales.
El reemplazo de flota va acompañado de mejoras en la calidad de la prestación del servicio de transporte público, pero aún no se puede decir que se trata de una movilidad más barata, dice el ejecutivo.
“Hace falta un compromiso de los ayuntamientos y otros agentes para hacer viable la financiación de este negocio”.
Para el futuro, la empresa invertirá en hidrógeno como combustible, una opción para aplicaciones de larga distancia.
“El hidrógeno viene un poco más adelante, complementando las aplicaciones en carretera que necesitan largas autonomías porque, para eso, la batería no es suficiente y el hidrógeno sería una opción”, comenta Munhato.
Fuente: Agência epbr