Dentro de un paquete de medidas del gobierno federal encaminadas a la transición energética, el Ministerio de Minas y Energía pretende aumentar este año la mezcla de etanol en gasolina.
Antes de eso, será necesario formalizar la creación de un grupo de trabajo para estudiar el aumento de esta adición, lo que deberá ocurrir en la próxima reunión del Consejo Nacional de Política Energética (CNPE), en fecha por definir.
Los expertos estiman, sin embargo, que el éxito de la propuesta en el largo plazo depende de la oscilación internacional de los precios del azúcar. Entre las ventajas, según los expertos, está el potencial de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y más estímulo para el sector sucroalcoholero. Las plantas, en general, pueden producir etanol o azúcar.
En este punto, la economista Tiaraju de Freitas, especialista en el sector de combustibles y profesora de la Universidad Federal de Rio Grande, señala que hay que tener en cuenta el valor del azúcar como materia prima.
“La producción regular de etanol depende del valor internacional del azúcar. Según la cotización, puede haber estímulos en el mercado internacional y los ingenios pueden optar por producir más azúcar para la exportación, esto ya sucedió en algunas ocasiones. El escenario actual es positivo para no tener ese problema porque el precio internacional del insumo ha mantenido una tendencia a la baja en el mercado internacional, con la expectativa de mantener el etanol más ventajoso con relación a la gasolina”, destaca.
En la zafra 2022/2023, se produjeron 31,2 mil millones de litros de etanol en Brasil, con 28,9 mil millones de litros en la región Centro-Sur. De ese total, 4,43 mil millones de litros fueron producidos a partir de maíz, equivalente al 15,3% del total producido por el Centro-Sur o 14,0% del total producido por Brasil, según datos de la União da Indústria de Cana-de-Sugar and Bioenergía (Única).
El presidente de la entidad que representa a las principales unidades productoras de azúcar, etanol (alcohol combustible) y bioelectricidad de la región Centro-Sur de Brasil, Evandro Gussi, dice que el sector está totalmente preparado para incrementar el eventual aumento de la mezcla de gasolinas.
“Siempre tendremos suficiente producción de etanol, incluso en las últimas décadas el sector atendía todas las demandas de etanol. Aunque aumente el precio internacional del azúcar, la Resolución 67 de la ANP que determina el establecimiento de contratos con un año de anticipación garantiza el abastecimiento del producto”, destaca.
El consultor de energía de CNN, Adriano Pires, señala que el establecimiento de un piso, y no solo un tope, para el aumento de la adición de alcohol anhidro a la gasolina, podría resolver el tema de la producción. Actualmente, la mezcla es de 27% y la intención del gobierno federal es elevarla a 30%.
“Es una buena idea, pero no puedes pensar que te vas a quedar con el 30% todo el tiempo. Depende del cultivo, se necesita flexibilidad. Extiende el techo al 30%, pero cuando la cosecha es mala baja al 25%, 27%. Siempre hay que ser flexible. O si se cae en el error del biodiesel, que solo tenía techo y cuando se encareció demasiado, el gobierno tuvo que reducir la mezcla”, apunta.
Con el aumento del precio del biodiesel, el gobierno de Jair Bolsonaro determinó la reducción de la mezcla de biodiesel y diesel al 10%. Después de la acomodación de precios, el gobierno de Lula retomó la elevación del blend del 10% al 12%.
Un año después, en 2024, el porcentaje subirá al 13%. La propuesta del Ministerio de Minas y Energía, presentada la semana pasada por el ministro Alexandre Silveira, también apunta a la seguridad energética y la reducción gradual de los combustibles fósiles, estima el economista jefe de Consultoria ES Petro, Edson Silva.
“A medida que Brasil comienza a producir combustibles para automóviles alternativos a la gasolina, estamos hablando de seguridad de suministro. En el actual contexto internacional de altos precios, reservas y guerra, la seguridad se ha convertido en un elemento de gran relevancia para la planificación energética de los países. Somos prácticamente autosustentables en la producción de gasolina, pero el petróleo se sigue importando”, dijo.
Según la Agencia Nacional del Petróleo (ANP), el país produce alrededor de 3 millones de barriles de petróleo por día, consume 2,5 millones e importa 300.000 barriles por día. Lo que explica esto son los diferentes aceites producidos, algunos de una calidad que no permite producir gasolina.
Temas ambientales El gobierno federal defiende que la mezcla traerá beneficios ambientales y contribuirá a una transición energética más sustentable. El profesor Paulo Brack, de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, recuerda que la estrategia es teóricamente buena, pero el método de plantación también es importante para evitar que la solución por un lado se convierta en un problema.
“El problema son las monoplantaciones que exigen, con uso intensivo de maquinaria y energía, efectos en la disponibilidad de agua y fuentes de agua. Estamos buscando posibilidades que no dependan solo de la caña de azúcar y la soja para hacer viables los combustibles no fósiles.
En el caso de la caña de azúcar, se usa mucho el bagazo. En el pasado, el resto de la planta se tiraba a la basura oa los ríos, y hoy se utiliza para generar energía. La cáscara de arroz y la madera también generan energía”, dijo Brack, quien tiene una maestría en Botánica.
Brack también señala que las palmeras como la macaúba producen de cuatro a cinco veces más aceite por hectárea que la soja, por ejemplo, pero tarda en crecer. Hay otras posibles especies de palmeras, pero aún falta investigación.
“El petróleo se va a acabar y ya cada vez es más caro buscar reservas. Los expertos ya dicen que el camino será el colapso energético si no se revierte la situación. Por eso, alternativas como las plantas que producen aceites son un tema estratégico que necesita ser aprovechado por un país como Brasil, que tiene mucha tierra y una enorme producción agrícola”, concluye.
Fuente: CNN Brasil