Llamada Haru Oni, la planta combina electricidad, agua y CO2 para generar e-metanol y, en última instancia, gasolina neutra en carbono a partir de la electricidad. Por ello, los combustibles generados se denominan electrocombustibles o combustibles eléctricos (e-Fuels).
La base del proceso de síntesis de combustibles es el hidrógeno, elemento que se produce en un electrolizador con energía eléctrica procedente de aerogeneradores, ambas tecnologías del grupo Siemens.
La operación fue creada por un consorcio de Siemens Energy, Porsche, HIF Global, entre otras empresas. La propia Porsche ya había anunciado el uso de combustibles sintéticos.
Según Siemens, se espera que el sistema produzca 130.000 litros de combustible sintético al año para 2023. Después de esta fase piloto, el proyecto crecerá gradualmente hasta alcanzar los 55 millones de litros por año a mediados de la década. Aproximadamente dos años después de eso, es decir, alrededor de 2027, la capacidad de producción proyectada debería alcanzar los 550 millones de litros por año.
Si tomamos en cuenta solo la gasolina, la proyección de demanda de combustibles en Brasil de la Empresa de Investigación de Energía (EPE), una agencia del gobierno brasileño, será de 38,1 mil millones de litros en 2023. El nivel de producción de combustibles sintéticos en 2027 podría ser una salida para abastecer parte de la demanda.
El excepcional potencial de generación de energía renovable de la Patagonia hizo que la ubicación fuera una elección natural para la ubicación de la instalación. Los fuertes vientos de la región consiguen generar unas tres veces más energía de la que es posible en Europa. Toda la operación de Haru Oni cuenta con certificación que acredita que los combustibles generados en la planta pueden llamarse verdes.
Fuente: Julio Cabral - iG