Estas actividades fueron realizadas únicamente por el INB, sin ningún incentivo del sector privado. La empresa actúa en toda la cadena productiva: desde la minería hasta la fabricación del combustible que genera electricidad para las centrales nucleares brasileñas.
Según una nota de la Presidencia de la República, a pesar de que Brasil es rico en minerales nucleares, el combustible utilizado en las plantas del país, la mayor parte del combustible utilizado en el país proviene de importaciones. Según el comunicado, “esto resulta en mayores costos para la producción de combustibles y la pérdida de oportunidades de negocios, tanto en Brasil como en el exterior”.
Otro cambio en el MP es la posibilidad de una asociación entre investigadores e INB. Antes, todo elemento nuclear que se encontrara asociado a un mineral debía ser informado a la ANSN (Autoridad Nacional de Seguridad Nuclear) y al INB, si tenía un valor económico superior a otra sustancia mineral, eran decomisados y pertenecían exclusivamente a la Unión.
Con el MP, independientemente del valor económico de los elementos nucleares presentes en un yacimiento, existe una oportunidad de alianzas entre el minero y el INB, para el aprovechamiento de todos los recursos minerales presentes en el yacimiento. La medida también prevé la inclusión de Brasil en los escenarios de buenas prácticas internacionales sobre radiación, actualizando el aspecto legal de la exploración minera, que data de las décadas de 1960 y 1970.
También se autoriza a EMBrapar (Empresa Brasileira de Participações em Energia Nuclear e Binacional SA). ser controlado por el INB. De esta manera, INB se convierte en una “empresa estatal no dependiente”, sin necesidad de recursos del Tesoro Nacional para desarrollar sus actividades.
Fuente: Power 360