La segunda planta de amoniaco y urea, la nueva inversión más grande en la historia de Bolivia, demandará de un volumen de gas similar al 18% de la actual demanda nacional de gas y requerirá de una inversión estimada de $us 1.295 millones; un 35% más que la primera planta que costó $us 960 millones. El proyecto puede ser una oportunidad de mayores ingresos para el país, ante el término de los contratos de exportación con Brasil y Argentina, o un problema para el abastecimiento del mercado interno.
Datos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) a los que tuvo acceso EL DEBER dan cuenta de que al momento se realizan los estudios de ingeniería conceptual de la nueva planta, fase que precede a las ingenierías básica y a detalle, y a la procura de equipos y construcción.
El nuevo complejo industrial, que producirá fertilizantes y productos petroquímicos, tendrá una capacidad de entre 2.100 y 4.000 toneladas por día, así como un consumo de gas de entre 50 y 90 millones de pies cúbicos día (MMp3/día), lo que significa entre 1,4 y 2,5 millones de metros cúbicos día (MMm3/día).
Fuente: El Deber
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