El hidrógeno verde se promociona como una alternativa de energía limpia en el futuro
Uno de los elementos más abundantes en la Tierra y con un alto potencial de almacenamiento de energía, el hidrógeno trae consigo un problema: contamina el planeta. Debido a que existe solo en combinación con otros elementos, el 99% de la producción de energía libera dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.
La investigación viene desarrollando desde hace algunos años el “hidrógeno verde”, que impacta menos en el medio ambiente. A diferencia del “hidrógeno gris”, que se obtiene quemando combustibles fósiles como el gas natural, se produce descomponiendo agua (H2O) en moléculas de hidrógeno (H2) y oxígeno (O2) mediante corriente eléctrica. Es una fuente de energía aún difícil y costosa de producir, pero Brasil tiene las condiciones para ser uno de los principales proveedores.
Para que el proceso sea totalmente sostenible, la electricidad utilizada debe provenir de energías limpias, como la hidroeléctrica, eólica, solar y biomasa. La termoeléctrica, por ejemplo, no encaja, ya que sigue liberando CO2 en la separación de moléculas.
Existe otra forma de obtener hidrógeno verde: a través de la gasificación de biomasa. Es decir, se extrae de la descomposición de los residuos orgánicos en los vertederos.
El “hidrógeno azul” ya avanzaba en relación al gris. A pesar de que también emite CO2, consigue capturar y almacenar el carbono emitido. Por eso se le conoce como “gas descarbonizado” o “gas bajo en carbono”. Pero la diferencia con el hidrógeno verde es que este último ni siquiera libera carbono.
¿Dónde se puede utilizar el hidrógeno verde?
El hidrógeno aislado (H2) se puede utilizar para almacenar energía en la producción de acero, química, petroquímica, agricultura, alimentos y bebidas. Pero el uso principal sería como combustible para automóviles, autobuses, camiones, barcos y aviones.
La energía eólica es una de las formas más limpias de producir hidrógeno verde
¿Vale la pena producir hidrógeno verde? Según Leandro Tessler, físico y profesor de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp), el hidrógeno no es una fuente de energía, sino una forma de almacenarla. Su energía proviene no solo de la quema del gas, sino también de las reacciones químicas con el oxígeno, que vuelven a formar agua y generan electricidad.
La producción de energía con hidrógeno también consume mucha energía, pero valdría la pena ya que es una cadena totalmente limpia. “Lo que caracteriza al hidrógeno verde es que se produce a partir de fuentes de energía renovables”, dice.
¿Por qué el entusiasmo a su alrededor? Hoy, el transporte es responsable del 24% de las emisiones globales de carbono debido a la quema de combustibles como la gasolina y el diesel. Es para cambiar esta realidad que el sector de la automoción proyecta 4,5 millones de vehículos funcionando con energías limpias para 2030, en paralelo a la construcción de estaciones de servicio de hidrógeno verde.
En Brasil, ya se anunció la primera planta de hidrógeno verde, prevista para comenzar a operar en 2023, en Camaçari (BA). Será construido por Unigel, una de las mayores empresas químicas de América Latina, que invertirá cerca de US$ 120 millones (R$ 619 millones) y contará con equipos suministrados por ThyssenKrupp. La idea es que el gas se pueda producir internamente y también exportar.
Tessler explica que la planta de Unigel producirá hidrógeno mediante la electrólisis del agua, impulsada por generadores de viento. Pero su uso inicial será para producir amoníaco y fertilizantes. “Todavía estamos lejos de utilizar comercialmente el hidrógeno para almacenar energía”, señala.
Debido al clima tropical, Brasil tiene un gran potencial energético como hidroeléctrico, eólico y solar, además de mantener un sistema eléctrico integrado y una posición geográfica favorable. Por todo ello, se considera ideal para la producción de hidrógeno verde, aunque no está a la cabeza de los países que desarrollan la tecnología.
En 2020, el 85% de las iniciativas de hidrógeno verde se concentraron en Europa, Asia y Australia, pero el año pasado hubo más de 200 proyectos de hidrógeno verde en más de 30 países. Aún así, se construirá una planta comercial en Chile para producir combustible de hidrógeno verde a partir de la energía eólica y el dióxido de carbono capturado del aire.
Viabilidad del despliegue del hidrógeno Para Enel, una empresa energética italiana, el hidrógeno verde sigue siendo una solución que llevará tiempo generar aplicación y viabilidad económica. “Se puede utilizar de forma complementaria para acelerar la descarbonización de sectores como la industria química y siderúrgica”, dice Jean Philippe Bellavia, responsable del desarrollo de negocios de los proyectos verdes de la empresa en Brasil.
Fuente: Terra