La política de combustibles de Petrobras, que equipara los precios del mercado interno con los precios de importación, fue una decisión administrativa adoptada por la estatal en 2016. Si bien el llamado PPI (precio de paridad internacional) no está previsto por ley ni es un bien -Concepto definido, el gobierno necesita seguir algunas reglas para cambiarlo, según abogados consultados por Poder360.
Para Rafael Baleroni, socio del área de energía e infraestructuras de Cescon Barrieu Advogados, existe cierta flexibilidad en relación al concepto de PPI. La frecuencia con la que Petrobras transmite las fluctuaciones de los precios del mercado internacional no está definida. “No sigues cambiando ese precio todos los días. Hay cierto grado de flexibilidad, de variación de precios. Esta es una decisión que corresponde a los directivos”, dice.

En 2017 y 2018 hubo 128 y 177 cambios de precios en refinerías, en ese orden. Pero en 2021 hubo 16 ajustes para diésel y 12 para gasolina. En lo que va del año, Petrobras reajustó el diésel 3 veces y la gasolina dos veces. La retención de estas transferencias sería una alternativa, pero estaría sujeta a desafíos legales.

Los directores de Petrobras pueden ser cuestionados legalmente por los accionistas minoritarios sobre acciones que perjudiquen las cuentas de la empresa estatal. Están protegidos por dos leyes que rigen esta cuestión: la Ley de Sociedades por Ações de 1976 y la Ley de Responsabilidad de las Empresas del Estado de 2016. cumplen su interés público.

El estatuto dice que, si el Sindicato decide intervenir y utilizar la empresa estatal como instrumento de orden público de acuerdo con el interés para el cual fue creada, debe resarcir a la empresa por los perjuicios causados. Sería la diferencia entre la política implementada por la Unión y los resultados de la empresa estatal, si asumiera una posición de mercado.

“No se trata solo de asegurarse de tener una mayoría en la junta. Yo creo que, aunque se consiga la mayoría en el directorio y el quórum que marcan los estatutos, el directorio tendrá que justificar muy bien [el cambio] porque la empresa se alejará de su rol para cambiar una política de precios, lo que afectará las utilidades y reducirá la distribución de dividendos”, dijo Ludmilla Corkey, socia de Castro Barros Advogados.

Cualquier cambio en una política general de Petrobras debe ser propuesto por la administración de la empresa y aprobado por un directorio independiente. El consejo está formado por 11 personas. Son 6 designados por el Sindicato, 4 por los accionistas minoritarios y 1 por los trabajadores.

“Supongamos que, para que el presidente [de Petrobras] cambie [la política de precios] solo, tendría que cambiar el propio estatuto de la empresa, que sólo puede ser cambiado por una asamblea de accionistas. Nuevamente siguiendo una serie de principios de protección del mercado, de las empresas, de la gobernanza, de la economía, que están en dos leyes muy importantes”, dijo Ludmilla.

La Ley de Sociedades Anónimas establece las reglas para el funcionamiento de las sociedades de capital mixto, con participación de mercado y del Estado. Crea una serie de obligaciones a los socios, como la protección de utilidades, la distribución de dividendos y los socios minoritarios, según Ludmilla.

Otra legislación, la Ley de Empresas del Estado, promulgada después de la Operación Lava Jato, determina que las empresas del estado deben operar de acuerdo con criterios de gobernabilidad. Deben tener un estatuto, un directorio independiente y practicar políticas de acuerdo con las condiciones del mercado.

La ley dice que el Sindicato puede orientar a las empresas a contribuir a su función social. La pregunta aquí es si el rol social de la empresa estatal permitiría la interferencia en los precios de los combustibles. Para Ludmilla y Rafael, ese no es el caso: la ley que creó Petrobras no menciona, en la carta, el control de precios.

Eduardo Ramires, socio fundador de Manesco Advogados, dice que Petrobras tiene la función de garantizar el abastecimiento nacional. Por lo tanto, proteger a los consumidores de las distorsiones en el precio del barril de petróleo, provocadas por la guerra, sería función de Petrobras.

“Esta empresa es una empresa estatal porque el combustible en Brasil es estratégico, entonces hay que pensar desde un punto de vista social. Función social, cualquier empresa tiene. Una empresa estatal tiene más que una función social, tiene un fin público, que en el caso de Petrobras es garantizar el abastecimiento de los brasileños, porque eso es crucial para la economía”, dijo Eduardo.

Otra posibilidad de cambiar la política de Petrobras sería a través del Cade (Consejo Administrativo de Defensa Económica), dijo Eduardo. El CADE es un organismo vinculado al Ministerio de Justicia que se ocupa de la competencia en el mercado. La autarquía investiga y juzga posibles abusos de poder dominante, además de analizar fusiones y adquisiciones de empresas y activos, para evitar que la concentración del mercado perjudique a la competencia. Aunque el mercado de refinación se abrió en 2002, Petrobras sigue siendo el actor dominante. Eduardo dice que la política de precios puede ser cuestionada en Cade, con la corrección de cualquier abuso.

Hay 2 investigaciones de la junta que investigan a Petrobras por abuso de precios en el mercado de refinación. Uno sobre el acceso a la infraestructura estatal de petróleo y gas natural y el otro sobre los precios de los combustibles. Sin embargo, el superintendente general de Cade, Alexandre Barreto, ya señaló que el consejo no debe intervenir en el PPI. Dijo que la agencia no es competente para cambiar la política de precios estatal.

Fuente: Poder 360