Durante los años 2011 y 2014 el precio internacional el petróleo (el llamado WTI) cruzó varias veces la mítica barrera de los 100 dólares americanos por barril de petróleo, de hecho, el promedio anual del año 2013 fue $us 98.
En ese momento todo era gozo y alegría. Los ingresos por regalías e IDH subían y así el gobierno central, las gobernaciones, alcaldías, universidades públicas, YPFB, el fondo indígena y todas aquellas instituciones que recibieron “el dinero del gas” fueron felices.

La razón era clara, mayores precios internacionales del petróleo, mayores precios de exportación de gas natural, mayores ingresos por regalías e IDH y mayor capacidad de gasto. De regreso al presente.

Desde el segundo semestre del año 2021 los precios internacionales del petróleo vienen creciendo aceleradamente y, como lo mencioné en el título de este artículo, esta semana el precio pasó los $us 95 por barril.

Entonces surgen algunas preguntas. ¿Por qué no estamos felices como en el pasado? ¿Por qué la queja de los gobiernos central y regionales por la falta de recursos? ¿Por qué estos notables precios del petróleo apenas nos generan una pequeña sonrisa? ¿Qué está pasando aquí? La variable que explica este contraste entre el gozo pasado y la alegría moderada presente es la producción de gas natural.

Fuente: Página Siete

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