En este plan para los próximos 18 años la compañía con mayores ingresos del país proyecta una inversión anual de entre 5.200 y 6.000 millones de dólares, una producción de alrededor de 850 mil barriles de petróleo diario y unas transferencias a la Nación de entre 13 y 20 billones de pesos al año.
La petrolera estatal está visualizando una senda de crecimiento empresarial alrededor de la transición energética que, sin perder el corazón de la explotación y el transporte de hidrocarburos, aumente la participación y el protagonismo de los negocios renovables, limpios y sostenibles. De hecho, la aspiración de Ecopetrol a 2040 es que entre el 30 y 50 por ciento de su Ebitda provenga de negocios de bajas emisiones.
Para los próximos años la empresa invertirá en aumentar la oferta de gas, desarrollar la exploración costa afuera y los yacimientos no convencionales, la internacionalización del negocio de transporte y logística, el plan estratégico de ISA, la incursión en nuevos frentes como el del hidrógeno, descarbonización y sostenibilidad, y tecnología, innovación y reentrenamiento del talento. En resumen, una hoja de ruta de un grupo empresarial que no niega la transición energética que está removiendo al sector, sino que busca cómo enfrentarla, y convertirla en negocios, de forma ordenada y responsable.
Estos planes que hace públicos Ecopetrol son del máximo interés no solo de los inversionistas, los mercados y los analistas del sector energético global sino también de todos los colombianos, y en especial los habitantes de las regiones productoras. La petrolera es una pieza crucial tanto en las finanzas públicas con regalías, impuestos y dividendos como en el desarrollo económico regional de las áreas de explotación y transporte de hidrocarburos en la compra de bienes y servicios locales.
A lo anterior se añade el papel que el grupo empresarial está jugando, por vía de inversiones, adquisiciones y planes corporativos, en la política nacional de transición energética para la economía del crudo, el gas y la generación y transmisión eléctrica. Es decir, los objetivos estratégicos, las proyecciones financieras operativas, las prioridades corporativas y las apuestas de negocio de esta estrategia Energía que transforma al 2040 están directamente ligados con el desempeño económico del país y la sostenibilidad fiscal estatal.
Por esa razón despierta preocupación que en la campaña presidencial en Colombia esté sobre la mesa la discusión sobre ponerle punto final a la exploración petrolera y descarrilar de esa manera esta ruta de transición. No deja de enviar un alarmante mensaje que, en entrevista con el diario El Tiempo, el presidente de Ecopetrol Felipe Bayón esté invitando a los candidatos presidenciales a sentarse para “explicarles desde los números, porque las decisiones tienen que darse con hechos, datos y cifras”.
La transición energética debe estar en la agenda prioritaria de los debates de país, pero las propuestas alrededor de este tema deben construirse sobre las realidades del sector y la hoja de ruta que Ecopetrol ha diseñado para enfrentarlas. El líder de la principal compañía estatal colombiana no debe estar solo en la explicación a los políticos que hoy buscan la Presidencia sobre el rol, el peso y la estrategia de Ecopetrol. Los colombianos deben rodearlo en la protección de este patrimonio de la Nación.
Fuente: Portafolio