El mundo encendió la alarma ante la nueva variante del covid-19, denominada por la Organización Mundial de Salud (OMS) ómicron, y nuevamente la recuperación de la economía está en riesgo. Bolivia podría sentir los efectos, ya que el comercio y la demanda de materias primas podrían contraerse.
La recuperación de las economías desarrolladas impulsaron la demanda de materias primas y por consiguiente el precio subió en los mercados internacionales, situación que favoreció a la economía nacional.
Al primer semestre de 2021, el Producto Interno Bruto (PIB) registró 9,3%, y el gobierno lo atribuye a las políticas implementadas desde noviembre de 2020, pero economistas y empresarios apuntan al rebote estadístico provocada por la recesión de -8,8% registrado la pasada gestión.
La nueva cepa de covid puede provocar un giro de 180 grados para bancos centrales, inflación y petróleo, señalan los periodistas Vicente Nieves, Francisco S. Jiménez, Javier Barriocanal y José Luis de Haro, publicado en la página https://www.eleconomista.es/.
Los primeros efectos ya se observan el mercado internacional del petróleo, en donde se registró descensos en los precios futuros, y el gas también empezó a declinar su valor, y podría afectar a la demanda de materias primas
Bolivia registró ingresos altos por la venta de minerales, principalmente, que representan casi el 50% de las exportaciones nacionales, seguido del gas a mercados vecinos, que aumentaron sus precios por la demanda creciente.
Fuente: El Diario
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