Nicolás Maduro había anunciado en 2020 que la meta era incrementar la producción hasta 2 millones de barriles diarios. Sin embargo, vuelve a ser necesario una modificación “habida cuenta de las razones que vienen forzando al gobierno a encarar la realidad de una industria que no da indicios claros y señales creibles de recuperación”.
Rafael Quiroz cree que la meta de 1,5 millones de B/D, a falta de dos meses para que culmine el año, se quede corta, “ya que los niveles de producción, correspondientes a septiembre y octubre, según fuentes secundarias y directas publicada por la OPEP, se ubicaron en 527.000 y 650.000 B/D, respectivamente”. Este recorte de la meta de producción significa que en la Faja del Orinoco se espera ahora una merma más en el objetivo previsto para este año de 1 MMB/D a 650.000 B/D.
“Una meta que sigue siendo bastante ambiciosa en virtud, por un lado, de la insuficiencia de la producción de crudo liviano para mezclar la producción extrapesada de la Faja y poder venderla en los mercados internacionales, y por otro lado, por los obstáculos existentes para importar diluentes en cantidades suficientes, para sostener una producción de la Faja y emplear al máximo posible, como unidades de mezclado, a unos mejoradores bastante venido a menos”, señala el economista petrolero.
El dilema de utilizar la ya mermada producción de crudos livianos para la producción de derivados o usarla como mejoradores “impide una senda sostenida de recuperación de una industria petrolera plagada de problemas por la falta de inversiones, insuficiente mantenimiento, restringida tecnología e incompetencia general”. Quiroz Serrano expresó que el Gobierno se está dando ahora un baño de realidad, y que varias veces lo advirtió tras lo ofrecido, por el ministro Tareck El Aissami y el propio Nicolás Maduro, de llevar la producción a 1,6 millones de barriles diarios:
“Nuestra industria petrolera está muy lejos de recuperar niveles de producción y/o refinación significativos; ello no se logrará mientras el país no consiga la paz y estabilidad política tan ansiada, esperada y necesitada de los últimos 22 años. Política y petróleo, ecuación y binomio que marchan umbilicalmente amarrados en este país de gracia y desgracias”, finalizó.
Fuente: Descifrado