Tras cuatro años de vigencia y en un contexto de contienda electoral en el sindicato más fuerte de la Patagonia, esta semana se selló el acuerdo para modificar algunos aspectos de la Adenda Vaca Muerta, que regula los vínculos laborales en los yacimientos no convencionales.
El acta fue firmada el jueves en la ciudad de Buenos Aires por representantes de las cámaras CEPH (empresas productoras) y CEOPE (grandes compañías de servicios especiales) y los referentes de Petroleros Privados, Guillermo Pereyra, Marcelo Rucci, Ricardo Dewey y Daniel Andersch.
La Adenda Vaca Muerta nació en 2017 con el objetivo de hacer más eficientes las operaciones en los yacimientos y dar una señal a los inversores. En ese entonces, fue enarbolada por el gobierno de Mauricio Macri como punta de lanza de una reforma laboral que -según se esperaba- se extendería a otras actividades.
Pese a algunos cuestionamientos por la flexibilización de las condiciones laborales, en ese entonces el acuerdo se cerró sin mayores dificultades porque había modalidades de trabajo que venían de la época de los yacimientos convencionales y que estaban desactualizadas para la era del shale. Había prácticas que dificultaban cuestiones claves para el negocio de Vaca Muerta como acotar los tiempos de perforación y terminación de pozos.
Hoy el escenario cambió tanto a nivel político como en la actividad en los yacimientos. En plena campaña electoral y ante la acelerada evolución de la curva de aprendizaje y de la eficiencia de las operaciones de los últimos años, el gremio comenzó a plantear que era necesario incrementar las dotaciones de los equipos bajo el argumento de que hoy creció la productividad, se triplicaron las etapas de fractura diarias con respecto a cuatro años atrás y los planteles están más exigidos.
Así, se consensuó que los set de fractura incorporarán dos operarios por turno para completar un mínimo de 15. De esta manera se recuperaron dos puestos, tras la baja de 16 a 13 operarios que se había pautado en 2017. Por otro lado, se estableció que todas las compañías deberán incorporar el cuarto boca de pozo en las torres de perforación.
El documento firmado el jueves tiene nueve cláusulas, y en sus fundamentos indica que “los objetivos trazados consisten justamente en lograr mejoras en la eficiencia y en la optimización de recursos, junto con la implementación de las palancas tecnológicas que lo facilitan, todo ello en el marco de la más alta seguridad para los trabajadores sin la cual se tornan inviables los desarrollos pretendidos”.
El acuerdo genera una plataforma de lanzamiento para Rucci, quien aspira a suceder al histórico Pereyra en la elección del 20 de octubre próximo. Después de 40 años, habrá una cara nueva al frente del gremio, cuestión que no pasa desapercibida tanto para el poder político como para el empresarial. Más allá de que el oficialismo cuenta con todas las condiciones favorables para mantener la conducción, el contexto no es el óptimo para un sector que fue muy golpeado por la pandemia, con el consiguiente malestar en las bases por la pérdida del poder adquisitivo del salario.
Como antesala de lo que se viene para 2022, Rucci ya anunció que es hora de discutir un nuevo convenio colectivo de trabajo ante los avances tecnológicos que presenta el desarrollo de Vaca Muerta. “Hemos pedido hace mucho tiempo que el Ministerio de Trabajo de la Nación llame a las partes pero no hemos sido convocados y tampoco vemos que haya voluntad de eso suceda”, aseveró.
Pero esa será otra discusión. Ahora, la mirada está puesta en los comicios y en aplicar la modificación de la Adenda Vaca Muerta. “Aquellas empresas que tengan que completar las dotaciones deberán contratar trabajadores durante este mes, y aquellas que aún tengan trabajadores suspendidos, su incorporación al trabajo debe ser inmediata”, dijo el gremialista que supo construir poder desde Rincón de los Sauces, polo del viejo desarrollo petrolero.
Por otro lado, el acuerdo establece límites a los contratos a plazo fijo, los cuales se aplicarán sólo en situaciones excepcionales; y se incluyó una cláusula por la cual el personal sanitario que trabaja en los yacimientos cobrará las horas extras no abonadas.
Además el gremio logró incorporar una cláusula que establece que el personal que trabaja en la cuenca en la actividad de elaboración de arenas silíceas para fractura para yacimientos no convencionales se debe encuadrar bajo su convenio colectivo, a excepción del personal propio de las plantas de YPF representado por Supeh.
> Lo que cambió en el 2017
Dotaciones. En los equipos de fractura se estableció un máximo de 16 personas por turno, 13 de ellas para las tareas de operador y pump down, más 2 supervisores y un ingeniero.
Horas taxi. Se eliminaron para todo concepto el pago de las horas taxi, tiempo en que los trabajadores pasaban en trailers y hoteles a disposición de las empresas.
Contratos fijos. Estableció como de aplicación general en la actividad no convencional el contrato de trabajo a plazo determinado, que antes figuraba como una excepcionalidad.
Montaje nocturno. Se habilitó la realización de actividades de servicios especiales y de torre durante la noche como el montaje, desmontaje y acondicionamiento de cargas.
Periféricos. Quienes hacen tareas en el campo pero no vinculadas a los pozos (vigilancia, por ej.) nunca pueden superar salarialmente al personal operativo de su categoría.
> El detalle de las cláusulas del acuerdo firmado con las cámaras
Equipos de perforación: en los casos de equipos que aún no cuenten con el cuarto boca de pozo, incorporarán un operario adicional, con categoría de “Peón boca de pozo/ABP”. La dotación debe quedar conformada por cuatro trabajadores, con manejo de autoelevador. En algunas compañías el cuarto boca de pozo ya se viene implementando.
Sets de fractura: las compañías de servicios especiales incorporarán para las tareas de Soporte Técnico en operaciones no convencionales, dos operarios adicionales, siempre que en el set de fractura se encuentren operando un número inferior a 15 trabajadores (dotación total mínima del set entre fractura y pump down). Se recuperan dos puestos con respecto a la adenda firmada en 2017.
Contratos a plazo fijo: las empresas se obligan a hacer cumplir los estándares legales y convencionales vigentes a los efectos de evitar distorsiones o usos abusivos de la figura del Contrato a Plazo Fijo, como así de recurrir a contrataciones con su personal no previstas en la normativa laboral y convencional vigente. Se busca evitar que haya trabajadores con contratos a tiempo durante varios años, y garantizarles la estabilidad laboral.
Personal de enfermería: el personal de enfermería encuadrado en el CCT 644/12 (exclusivamente los enfermeros) que realice descanso en locación y pueda ser convocado fuera de su jornada habitual de trabajo, lo hará devengando Guardia Pasiva. Se les pagarán las horas extras trabajadas que se les adeudan, ya que se aclaró que es de plena aplicación al personal de salud la liquidación correspondiente a ocho horas simples con más cuatro con el recargo por extraordinariedad, tanto para enfermeros como para ambulancieros, que realicen una jornada de trabajo de 12 horas.
Personal de las plantas de arena: Las partes aclararon que se considera como actividad relacionada a la detallada en el convenio de Petroleros Privados CCT 644/12 y en el ámbito de su aplicación territorial, la elaboración de arenas silíceas para fractura para yacimientos no convencionales. Se excluye a los empleados directos de las plantas de arenas propiedad de YPF, que pertenecen a la Federación Supeh.
Teletrabajo: En atención a lo dispuesto por la ley 27.555, que regula a nivel nacional la modalidad de teletrabajo, el gremio y las empresas se comprometieron a analizar la necesidad, mérito y conveniencia para dicha reglamentación, siempre que medien condiciones de hecho propicias y la realidad del sector y la industria así lo requiera.
Fuente: La Mañana de Neuquen