En este sentido, es relevante la contribución del sector azúcar-alcohol, cuyas fuentes tienen un gran potencial, son renovables y tienen bajos niveles de emisiones de carbono, con reconocidas ganancias ambientales.
La bioelectricidad producida a partir de bagazo de caña de azúcar y paja, uno de los aportes del sector, ya representa el 62% del total de 18,5 gigavatios (GW) de cogeneración en el país con capacidad instalada en operación comercial. Esta posibilidad fue posible gracias a la mecanización de la cosecha y la siembra, que resultó en niveles incomparables de sostenibilidad a nivel mundial y que incluyó la formación de profesionales para operar equipos con un alto nivel de tecnología a bordo. El gas natural representa el 17% y el licor negro el 14%. Este es un fluido resultante del proceso de producción de la industria del papel.
Otra fuente importante de electricidad es el biogás, cuyo potencial en Brasil es de 170.912 GWh (fuente: ABiogás), la mayor del mundo. En volumen, 21,1 mil millones de metros cúbicos normales por hora (Nm³ / h) provienen del segmento azúcar-energía; 6.600 millones, de diferentes ramas de la producción agrícola; 14,2 mil millones, de ganado; y 2.200 millones de saneamiento. Este combustible, en su versión purificada, es comparable, en términos energéticos, al gas natural fósil, con la ventaja de ser totalmente renovable y de tener una huella de carbono negativa.
El etanol de caña de azúcar completa el aporte del sector a la matriz energética nacional. Según el primer relevamiento de la cosecha 2021/22 de la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), la producción será de 27 mil millones de litros. Aunque hay una reducción del 9,1% frente a los 29,7 mil millones de la temporada anterior, debido a la caída de la demanda ligada a las cuarentenas y la distancia social, Brasil sigue siendo el segundo productor mundial, solo por detrás de Estados Unidos. En este país, sin embargo, la mayoría proviene del maíz, que tiene un costo más alto y un índice energético más bajo.
Cabe recordar que el etanol de caña de azúcar es prácticamente neutro en emisiones de carbono y renovable, además de generar ingresos, empleos y entradas de dólares producto de las exportaciones. Solo en los dos primeros meses de este año, en comparación con el mismo período de 2020, las ventas al exterior crecieron 50,9%, alcanzando 343,31 millones de litros, y los ingresos aumentaron 22%, totalizando US $ 158,22 millones.
A pesar de todas las dificultades inherentes a la pandemia, el sector del azúcar y el alcohol proporciona energía limpia para mover fábricas, iluminar ciudades, abastecer de transporte y generar divisas en el comercio exterior. Estos combustibles contribuyen a la reanudación del crecimiento y la recuperación de la economía nacional.
João Guilherme Sabino Ometto - Ingeniero (Escuela de Ingeniería de São Carlos - CESE / USP), empresario y miembro de la Academia Nacional de Agricultura (ANA).
Fuente: TN Petróleo