Contaminación en áreas protegidas, amenazas a pueblos indígenas y explotación de empresas chinas sin control marcaron la gestión. Lo positivo fue la primera sentencia a traficantes de jaguares.
FUENTE: PÁGINA SIETE

La deforestación, el tráfico de fauna silvestre, la explotación ilegal de oro en ríos de la Amazonia por empresas chinas y el inicio de proyectos en áreas protegidas y territorios indígenas marcaron 2018. En el lado positivo, se sentó precedente con la primera sentencia contra traficantes de jaguares, los indígenas chimanes recuperaron parte de su territorio ancestral y el gobierno boliviano firmó el Acuerdo de Escazú. SEGUIR LEYENDO...