Página Siete / La Paz
Aún si el Estado tuviera que subvencionar la producción de etanol, el proyecto es beneficioso para el país, porque generará movimiento económico, empleos, eliminará las importaciones, destacó el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez.
También rechazó las críticas de quienes observan aspectos ambientales, porque tampoco plantean alternativas. La semana pasada empresarios cruceños y el Gobierno acordaron impulsar la producción de etanol.
¿Cuáles son las ventajas de la producción de etanol?
La ventaja principal es que Bolivia, con la producción de biocombustibles, inicialmente el bioetanol o alcohol anhidro es que va a avanzar a su autosuficiencia energética. Bolivia importa cada año alrededor de 200 millones de dólares en gasolina, además de aditivos y eso por supuesto que genera una dependencia del abastecimiento externo, ocasiona un drenaje importante de divisas hacia el exterior y también impide un mayor crecimiento a la economía, eso por el lado de la ventaja económica.
¿Qué otros beneficios se pueden destacar?
Desde el punto de vista del consumidor, contar con un alcohol anhidro o bioetanol se podrá tener una cuarta opción de gasolina con un mayor octanaje que la gasolina especial que es de 85 octanos, aunque algo menor a la gasolina ron 91 e inferior a la gasolina premiun que es de 95 octanos. Desde el punto de vista medioambiental está la menor emisión de gases de efecto invernadero. Esta gasolina ecológica que va a ir incrementando año a año, el componente de mezcla va a ser más amigable con el medio ambiente frente a sus competidores, los combustibles fósiles.
Hay quienes afirman que se ampliará la frontera agrícola y se generará deforestación, porque la siembra de caña obliga a un mayor desmonte y uso de agua. ¿Esto no es negativo?
En todo caso, hay áreas que se pueden recuperar a la siembra de caña de azúcar, no necesariamente estamos hablando de desmontes. Hay que recordar que el proyecto es pasar de 140 mil hectáreas a 332 mil hectáreas para cumplir este programa de Bolivia en la era de los biocombustibles. Por lo tanto, no podemos hablar de deforestación y si aún así lo hubiera, se trataría de tierras con vocación agropecuaria según el plan de uso del suelo.
La combustión de etanol produce menos contaminación, pero además en su producción, siendo un combustible ecológico y renovable, la caña de azúcar absorbe el dióxido de carbono de la atmósfera y expulsa oxígeno. Por lo tanto el balance energético en el peor de los casos para la producción de etanol y su consumo es neutro, pero en la mayoría de los casos es favorable al medio ambiente.
El litro de alcohol llega a los 10 bolivianos. Entonces, ¿por qué se dice que el etanol será más barato? ¿O es que el Gobierno tendrá que subsidiarlo?
El Gobierno ya subsidia los combustibles fósiles. Está subsidiando a productores extranjeros, incluso del primer mundo, los países árabes, en fin, dependiendo de dónde compremos el alcohol, la gasolina o el diésel.
Hay un elemento de subvención que está presente. Si así fuera, si el Gobierno tuviera que subsidiar el producto nacional, ¿no sería mejor hacerlo para un producto nacional que genere empleo, que genere movimiento económico?, o que nos ayude a sustituir importaciones, que pueda generar saldos de exportación en gasolina.
¿La siembra de caña no se volverá más interesante por el precio? ¿No hay el riesgo de que los agricultores dejen otros cultivos?
De ninguna manera porque la previsión del sector agroproductivo es generar más alimentos, consagrar nuestra soberanía alimentaria y demás por seis veces el volumen de la agroexportación, así lo hemos comprometido (...). El sector agropecuario y agroindustrial realizó el acople de su agenda productiva con la agenda patriótica 2025 para que en este tiempo tripliquemos la producción de alimentos .