FUENTE: EL DÌA
Por ahora no avizoramos y menos hay la necesidad de modificar el tipo de cambio", dijo tajantemente Mario Guillén, ministro de Economía y Finanzas, en ocasión de la presentación del presupuesto 2018. Esa política del sistema cambiario, adoptada desde el 2011 por el largo periodo del gobierno de Evo Morales es visto por economistas y el sector exportador como una medida muy negativa dado que le resta competitividad a las exportaciones nacionales en casi 35%. Ante ese panorama, el sector exportador, más aún en un clima de desaceleración económica que vive el país, ven viable y hasta oportuno replantear nuevas opciones que faciliten subsanar esa brecha de baja competitividad.
"El tema está en que seguir manteniendo el tipo de cambio vigente, cuando otros países donde mantenemos relaciones de comercio exterior y donde han modificado su situación cambiaria nos crea grandes desfases de competitividad. Eso preocupa y por eso vemos necesario replantearnos entre el Gobierno y todos los sectores alternativas, sin que ello signifique caer en la inflación", precisó Wilfredo Rojo, presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb). Un política monetaria del Gobierno. Desde noviembre de 2011, por espacio ya de seis años, el tipo de cambio fijo está vigente. El Banco Central de Bolivia (BCB), desde entonces, se compromete a comprar a Bs 6,86 por 1 $us y vender moneda extranjera (dólares norteamericanos) al precio fijo de Bs 6,96 por 1 $us.
Según el economista Germán Molina, el tipo de cambio fijo es una variable económica más del funcionamiento del modelo de Economía Social Comunitaria Productiva (MESCP) con la finalidad de fijar (anclar) las expectativas inflacionarias y respaldar la política pública de bolivianización. "Se mantiene para generar ingresos para dar fortaleza a nuestra moneda (el boliviano- Bs) y el impuesto inflacionario (pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda), que son parte del financiamiento de la expansión del gasto público", argumenta.
El hecho, según otros expertos, tiene dos efectos contrapuestos: si bien es cierto que por un lado sostiene vigorosa la moneda nacional del "boliviano" (Bs) que permite hacer compras de “bienes de capital” (importar productos, equipos y tecnología) a precios favorables de mercado; en contrapartida, afecta a la producción nacional, al restarle competitividad con relación a productos similares en el mercado internacional. "Mantener un tipo de cambio fijo en economía como la boliviana, donde no hay una reserva suficientemente grande como para soportarlo, le cuesta mucho al país", señaló Oswaldo Barriga, presidente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex). "Lo que no es prudente es manipular el tipo de cambio, ya sea para mantenerlo fijo, revaluarlo o devaluarlo por razones políticas o administrativas", señala enfáticamente el economista Roberto Laserna. Además, el experto explica que el tipo de cambio es el precio de la moneda y, como todos los precios, refleja las condiciones de producción y de mercado, así como también da señales sobre esas condiciones. "Manipular ese precio distorsiona las señales y enturbia el conocimiento de las condiciones en que se encuentra la economía. Y aunque esta manipulación pudiera tener algunos buenos resultados en el corto plazo, siempre tienen un costo que al final puede resultar elevado", argumenta Laserna.
Armando Méndez, economista y experto en política monetaria, a su vez, señala que esa política definida por el Gobierno con respecto al tipo de cambio fijo, tiene costos y beneficios. "Todo es complejo en este contexto. Por ejemplo, toda la industria nacional funciona con bienes de capital (maquinarias, herramientas y tecnología) importados en un 70%, por lo que se ven beneficiados. El resto de la economía no tradicional obviamente sufre los efectos. "Evidentemente esta política es sostenible mientras la economía nacional crezca, mientras el déficit comercial o la balanza de pagos sea financiado con crédito externo. Pero al mismo tiempo se recomienda ser más restrictivo en el gasto público, que en su momento puede hacer inviable el financiamiento externo", señaló. Con respecto a la apreciación. La apreciación de la moneda boliviana, según Molina, fue resultado de la bonanza económica originado en los mercados internacionales, lo que se tradujo en la elevación de los precios internacionales de los hidrocarburos y minerales que mejoraron los términos de intercambio de nuestro país que permitió la elevación del valor de nuestras exportaciones y de la acumulación de reservas internacionales netas que fortaleció el valor de nuestra moneda. La administración gubernamental desde el 2006 inició la apreciación que tuvo un rédito político de corto plazo.
Entonces, sintetiza Molina que es bastante elevado el costo de asumir una depreciación cuando se registra una disminución de las reservas internacionales como viene registrando en la actualidad que cerró a diciembre en aproximadamente $US 10.500 millones. En tanto, Laserna y Méndez, a tiempo de citar que por el momento, dado el enfriamiento de la economía, no es prudente aventurarse en la devaluación del dólar. "Modificarla es muy difícil. Una devaluación brusca sería traumática y posiblemente provocaría conflictos sociales y políticos. Un cambio gradual podría descontrolarse rápidamente si la gente busca dolarizar sus depósitos, creando presiones muy fuertes sobre el mercado de divisas y acelerando la devaluación", dice Laserna. Méndez argumenta: "modificar, implicará básicamente generar expectativas y eso da origen a una presión inflacionaria", finalizó. Punto de vista 'Es difícil decir hasta cuándo el tipo de cambio' Roberto Laserna Analista económico La moneda se apreció en los primeros años del gobierno de Evo Morales por la abundancia de dólares, provenientes tanto de la bonanza exportadora como de la reducción de la deuda externa, dos factores que ocurrieron casi de manera simultánea pero que empezaron a gestarse muchos años antes.
La política monetaria tuvo muy poco que ver con este proceso. Los más afectados han sido los productores nacionales, tanto campesinos (que siguen siendo proveedores de alimentos), como manufactureros, industriales y artesanos, aunque estos en menor medida ya que han tenido acceso a maquinarias e insumos más baratos. Pero aún así no han podido competir con la importación de productos finales. Los que se han beneficiado han sido los importadores y los que prestan servicios con maquinarias y herramientas importadas como los transportistas. Hasta cuándo sostener esta política, es difícil decirlo. El país ha perdido aceleradamente las reservas internacionales hasta que han logrado frenar ese proceso mediante préstamos en el exterior, ya sea mediante créditos como mediante la colocación de bonos en el mercado internacional. Pero esto solamente posterga el ajuste, este puede ser blando, si las inversiones que se hacen con esos recursos tienen éxito, o puede ser muy duro si esas inversiones fracasan”.
Por ahora no avizoramos y menos hay la necesidad de modificar el tipo de cambio", dijo tajantemente Mario Guillén, ministro de Economía y Finanzas, en ocasión de la presentación del presupuesto 2018. Esa política del sistema cambiario, adoptada desde el 2011 por el largo periodo del gobierno de Evo Morales es visto por economistas y el sector exportador como una medida muy negativa dado que le resta competitividad a las exportaciones nacionales en casi 35%. Ante ese panorama, el sector exportador, más aún en un clima de desaceleración económica que vive el país, ven viable y hasta oportuno replantear nuevas opciones que faciliten subsanar esa brecha de baja competitividad.
"El tema está en que seguir manteniendo el tipo de cambio vigente, cuando otros países donde mantenemos relaciones de comercio exterior y donde han modificado su situación cambiaria nos crea grandes desfases de competitividad. Eso preocupa y por eso vemos necesario replantearnos entre el Gobierno y todos los sectores alternativas, sin que ello signifique caer en la inflación", precisó Wilfredo Rojo, presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb). Un política monetaria del Gobierno. Desde noviembre de 2011, por espacio ya de seis años, el tipo de cambio fijo está vigente. El Banco Central de Bolivia (BCB), desde entonces, se compromete a comprar a Bs 6,86 por 1 $us y vender moneda extranjera (dólares norteamericanos) al precio fijo de Bs 6,96 por 1 $us.
Según el economista Germán Molina, el tipo de cambio fijo es una variable económica más del funcionamiento del modelo de Economía Social Comunitaria Productiva (MESCP) con la finalidad de fijar (anclar) las expectativas inflacionarias y respaldar la política pública de bolivianización. "Se mantiene para generar ingresos para dar fortaleza a nuestra moneda (el boliviano- Bs) y el impuesto inflacionario (pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda), que son parte del financiamiento de la expansión del gasto público", argumenta.
El hecho, según otros expertos, tiene dos efectos contrapuestos: si bien es cierto que por un lado sostiene vigorosa la moneda nacional del "boliviano" (Bs) que permite hacer compras de “bienes de capital” (importar productos, equipos y tecnología) a precios favorables de mercado; en contrapartida, afecta a la producción nacional, al restarle competitividad con relación a productos similares en el mercado internacional. "Mantener un tipo de cambio fijo en economía como la boliviana, donde no hay una reserva suficientemente grande como para soportarlo, le cuesta mucho al país", señaló Oswaldo Barriga, presidente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex). "Lo que no es prudente es manipular el tipo de cambio, ya sea para mantenerlo fijo, revaluarlo o devaluarlo por razones políticas o administrativas", señala enfáticamente el economista Roberto Laserna. Además, el experto explica que el tipo de cambio es el precio de la moneda y, como todos los precios, refleja las condiciones de producción y de mercado, así como también da señales sobre esas condiciones. "Manipular ese precio distorsiona las señales y enturbia el conocimiento de las condiciones en que se encuentra la economía. Y aunque esta manipulación pudiera tener algunos buenos resultados en el corto plazo, siempre tienen un costo que al final puede resultar elevado", argumenta Laserna.
Armando Méndez, economista y experto en política monetaria, a su vez, señala que esa política definida por el Gobierno con respecto al tipo de cambio fijo, tiene costos y beneficios. "Todo es complejo en este contexto. Por ejemplo, toda la industria nacional funciona con bienes de capital (maquinarias, herramientas y tecnología) importados en un 70%, por lo que se ven beneficiados. El resto de la economía no tradicional obviamente sufre los efectos. "Evidentemente esta política es sostenible mientras la economía nacional crezca, mientras el déficit comercial o la balanza de pagos sea financiado con crédito externo. Pero al mismo tiempo se recomienda ser más restrictivo en el gasto público, que en su momento puede hacer inviable el financiamiento externo", señaló. Con respecto a la apreciación. La apreciación de la moneda boliviana, según Molina, fue resultado de la bonanza económica originado en los mercados internacionales, lo que se tradujo en la elevación de los precios internacionales de los hidrocarburos y minerales que mejoraron los términos de intercambio de nuestro país que permitió la elevación del valor de nuestras exportaciones y de la acumulación de reservas internacionales netas que fortaleció el valor de nuestra moneda. La administración gubernamental desde el 2006 inició la apreciación que tuvo un rédito político de corto plazo.
Entonces, sintetiza Molina que es bastante elevado el costo de asumir una depreciación cuando se registra una disminución de las reservas internacionales como viene registrando en la actualidad que cerró a diciembre en aproximadamente $US 10.500 millones. En tanto, Laserna y Méndez, a tiempo de citar que por el momento, dado el enfriamiento de la economía, no es prudente aventurarse en la devaluación del dólar. "Modificarla es muy difícil. Una devaluación brusca sería traumática y posiblemente provocaría conflictos sociales y políticos. Un cambio gradual podría descontrolarse rápidamente si la gente busca dolarizar sus depósitos, creando presiones muy fuertes sobre el mercado de divisas y acelerando la devaluación", dice Laserna. Méndez argumenta: "modificar, implicará básicamente generar expectativas y eso da origen a una presión inflacionaria", finalizó. Punto de vista 'Es difícil decir hasta cuándo el tipo de cambio' Roberto Laserna Analista económico La moneda se apreció en los primeros años del gobierno de Evo Morales por la abundancia de dólares, provenientes tanto de la bonanza exportadora como de la reducción de la deuda externa, dos factores que ocurrieron casi de manera simultánea pero que empezaron a gestarse muchos años antes.
La política monetaria tuvo muy poco que ver con este proceso. Los más afectados han sido los productores nacionales, tanto campesinos (que siguen siendo proveedores de alimentos), como manufactureros, industriales y artesanos, aunque estos en menor medida ya que han tenido acceso a maquinarias e insumos más baratos. Pero aún así no han podido competir con la importación de productos finales. Los que se han beneficiado han sido los importadores y los que prestan servicios con maquinarias y herramientas importadas como los transportistas. Hasta cuándo sostener esta política, es difícil decirlo. El país ha perdido aceleradamente las reservas internacionales hasta que han logrado frenar ese proceso mediante préstamos en el exterior, ya sea mediante créditos como mediante la colocación de bonos en el mercado internacional. Pero esto solamente posterga el ajuste, este puede ser blando, si las inversiones que se hacen con esos recursos tienen éxito, o puede ser muy duro si esas inversiones fracasan”.