La variación del clima, con altas temperaturas o el régimen en las precipitaciones pluviales, puede afectar en la eclosión de nuevas langostas provenientes de los huevos depositados en las regiones agrícolas de Santa Cruz por la especie invasora denominada Schistocerca cancellata, que forma parte de la fauna boliviana.
FUENTE: JORNADA

"Si los huevos que ya fueron colocados en todas las zonas cruceñas afectadas no son eliminados en su totalidad, tendremos nuevos especímenes que dependiendo del clima pueden o no ser abundantes", informó el ingeniero agrónomo, miembro de la directiva de la Sociedad Boliviana de Entomología (SBE), Sergio Colque. Los saltamontes como especies solitarias siempre han existido en nuestro territorio –remarcó Colque–, son parte de la fauna del país pero lo que influye para que se transformen en enjambres de langostas invasoras son los efectos en el cambio de temperatura y las actividades humanas que afectan el medio ambiente, como la ampliación de la frontera agrícola.

En Bolivia existen más de 250 especies de saltamontes que en determinadas circunstancias se transforman en langostas invasoras. Los efectos del propio cambio climático con altas temperaturas pueden ocasionar que los insectos coman y se reproduzcan más rápido, al ampliar las áreas de cultivos se desplaza su hábitat, ocasionando que colonicen nuevas zonas e invadan los campos agrícolas como se registra en Santa Cruz. "Se tienen que priorizar las investigaciones sobre la especie –Schistocerca cancellata que en 1946 invadió extensas regiones en Bolivia–, para conocer con certeza su futuro comportamiento y las posibles acciones que podemos asumir para dejar de lado el control químico y pensar en soluciones integrales", aseveró el investigador de la SBE. La invasión de las langostas se inició el 27 de enero pasado en los campos agrícolas del municipio cruceño de Cabezas, extendiéndose a El Torno, Pailón y Charagua, en una superficie aproximada de 17 mil hectáreas donde los cultivos fueron afectados.

El Gobierno estableció el Comité Interinstitucional de Emergencia Fitosanitaria y cumplió con la fumigación aérea en cuatro mil hectáreas utilizando insecticidas combinados, se prevé esta semana fumigar también los suelos para aniquilar los huevos del insecto, tarea en la que participarán los propios agricultores cruceños apoyados por los militares. Un riesgo ambiental Colque explicó que los químicos empleados en la fumigación aérea –fipronil y cipermetrina–, se mantienen entre las plantas, el suelo y el agua por varios meses y también "pueden matar a otro grupo de animales como aves, insectos y peces que cumplen funciones importantes en el ecosistema de la naturaleza y de las áreas agrícolas".

La zona está en riesgo ambiental –remarca el investigador boliviano–, porque los suelos están contaminados, al igual que las cauces de los ríos que proveen de agua a las poblaciones. "En los siguientes meses se percibirá que los ataques químicos mataron también a las poblaciones de polinizadores como son las abejas dañando la producción de miel de los apicultores", añadió.

La posición de los entomólogos (expertos e insectos) sobre la invasión de las langostas en Santa Cruz, se fundamenta asumiendo que los saltamontes son parte de la fauna mientras no pasen de un límite permisible, ya que se constituyen en el alimento de muchos tipos de animales, son parte de los herbívoros que regulan a muchas plantas, incluso algunas especies son predadoras de otros insectos. "Es impensable luchar contra ellos, se debe buscar el control de forma integrada o un manejo ecológico de las plagas de langostas", concluyó. (ECV)