De acuerdo con los pronósticos de demanda energética, el Gobierno argentino enfrenta un desafío significativo para garantizar el suministro de electricidad durante el verano, cuando las altas temperaturas incrementan el consumo. Según un informe de Energy Report, se estima que el país necesitará desembolsar entre 90 y 300 millones de dólares para importar energía y evitar apagones.