Un relevamiento realizado por Mobility Portal Latinoamérica muestra que los sectores de logística y distribución concentran el 30% de los casos de flotas electrificadas identificados en el país, posicionándose como el principal vector de adopción de vehículos eléctricos en el ámbito empresarial.
Sin embargo, la transición enfrenta barreras estructurales que ralentizan su expansión, entre ellas la escasa oferta de vehículos utilitarios eléctricos y sus altos precios de entrada. El mapa actual del ecosistema de flotas electrificadas paraguayo se apoya en experiencias puntuales, mayormente vinculadas a logística, transporte público y sector público, sin que todavía se configure una tendencia masiva en el ámbito privado.
En total, se identifican diez casos con electrificación verificada públicamente, distribuidos en seis sectores económicos, lo que confirma que el proceso aún se encuentra en una fase exploratoria. Un ecosistema aún incipiente y concentrado Según el relevamiento sectorial, logística y distribución lideran la adopción, con empresas que han incorporado camiones eléctricos livianos y motocicletas eléctricas para operaciones urbanas.
Le siguen el sector público y binacional, impulsado principalmente por la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y proyectos vinculados a Itaipú, y el transporte público, con el plan piloto de buses eléctricos en el área metropolitana de Asunción. En menor medida aparecen el consumo masivo, la movilidad corporativa y la última milla, este último con iniciativas asociadas al mototrabajo y al uso de motos eléctricas.
La foto general deja en claro que no existe todavía una adopción transversal, sino casos aislados que funcionan como pruebas de concepto más que como despliegues escalables. El peso de la logística y la distribución El liderazgo de la logística no es casual. Se trata de un sector donde los recorridos son predecibles, las distancias controladas y el ahorro operativo es más fácilmente medible, factores clave para justificar la inversión inicial en tecnología eléctrica. No obstante, incluso dentro de este segmento, la electrificación se concentra en operaciones urbanas y de corto alcance, sin una penetración significativa en flotas de mayor porte.
Diego Lovera, titular de la Cámara de Distribuidores de Automotores y Maquinarias (CADAM), explica a Mobility Portal Latinoamérica que el principal cuello de botella está en la disponibilidad de unidades. “Ahora hay muy poca oferta de vehículos eléctricos utilitarios para transporte de mercadería. Es una transición un poco lenta, pero creemos que eso va a ir aumentando poco a poco”, señala.
El límite de los utilitarios eléctricos Uno de los apartados más críticos del proceso de transición en Paraguay es la falta de vehículos utilitarios electrificados, como vans y camiones livianos. Mientras que la oferta de automóviles eléctricos y, especialmente, de híbridos crece de forma sostenida, los modelos orientados a carga y trabajo pesado siguen siendo escasos.
Esta limitación impacta directamente en la posibilidad de escalar proyectos de electrificación en logística, distribución y última milla, sectores que requieren vehículos con mayor capacidad de carga y robustez operativa. A ello se suma el factor precio. “Si lo vemos desde el punto de vista utilitario, el principal problema sigue siendo el precio”, admite Lovera. “Los eléctricos están bajando de valor, pero todavía existe una diferencia importante frente a los vehículos convencionales”.
Un mercado dominado por híbridos Los datos de importación confirman esta tendencia. Según CADAM, los vehículos electrificados representan cerca del 10% de las importaciones de unidades nuevas en Paraguay, pero de ese total entre el 7% corresponde a híbridos y apenas entre el 3% y 4% a eléctricos puros. La preferencia por los híbridos responde a una ecuación más conocida para el usuario corporativo: menor dependencia de infraestructura de carga, mayor autonomía y un costo inicial más bajo en comparación con los BEV. Sin embargo, esto también retrasa el desarrollo de un mercado eléctrico puro, especialmente en flotas de trabajo.
Interés empresarial, pero sin despegue Desde la Asociación Paraguaya de Vehículos Eléctricos (APVE), su presidente Javier Díaz coincide en que el interés corporativo existe, pero todavía es limitado. “El interés empresarial por la electrificación en Paraguay es incipiente. La inversión más importante hasta ahora la hizo la ANDE, con 25 camionetas eléctricas. Fuera de eso, no se observa un movimiento masivo”, explica.
Díaz agrega que las consultas que recibe el sector se concentran principalmente en automóviles y camionetas de alta gama, orientadas a usos corporativos premium, mientras que los utilitarios eléctricos siguen prácticamente fuera del radar.
Información, infraestructura y cultura empresarial Además del precio y la oferta, otro factor clave es la falta de información. Lovera remarca que muchas empresas desconocen los costos reales de operación, los ahorros energéticos y las opciones de carga disponibles en el país. “Hay poca información sobre centros de carga y sobre cómo se puede ahorrar con un vehículo eléctrico. Eso todavía frena decisiones”, afirma.
Paradójicamente, Paraguay cuenta con una de las matrices eléctricas más limpias y competitivas de la región, un atributo que, según los referentes del sector, aún no se traduce en una ventaja concreta para las flotas empresariales.
Un camino abierto, pero lento Pese a las barreras, tanto CADAM como la Asociación Paraguaya de Vehículos Eléctricos coinciden en que las condiciones estructurales están dadas para que la electrificación avance. Financiamiento de largo plazo, mayor llegada de marcas y un esfuerzo creciente de difusión podrían acelerar el proceso en los próximos años.
Por ahora, el mapa de flotas electrificadas en Paraguay muestra una transición fragmentada, concentrada y todavía lejos de consolidarse, donde la logística lidera, pero choca con el mismo límite que el resto del mercado: la escasez de utilitarios eléctricos accesibles.
Fuente: Mobility Portal
