Según el Gobierno, del 30 al 40% de los montos que gastaba el Estado en la subvención de los combustibles se desviaba a redes de corrupción que comercializaban el producto en países vecinos.
Con las medidas de ajuste determinadas por el Gobierno, la gasolina sufrió un incremento de 3,74 bolivianos a 6,96, mientras que el diésel trepó de 3,72 a 9,80, casi tres veces más. El ministro de Hidrocarburos, Mauricio Medinaceli, explicó este jueves los motivos: el país produce casi el 50 % de la gasolina que consume, mientras que, en el caso del diésel, el país importa casi la totalidad de lo que requiere el mercado interno. Además, la gasolina "es más difícil de contrabandear", ya que es más volátil.

“La mitad de la gasolina que se consume en el país se produce y se refina por YPFB, por lo que los niveles de control de la gasolina y su destino son mucho más fuertes que el diésel, que se importa casi en su totalidad”, explicó Medinaceli en una conferencia de prensa junto al ministro de Economía para detallar el decreto 5503 lanzado por el Gobierno.

Fuente: Visión 360

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