A un mes de la rotura registrada en la boya petrolera de ANCAP en José Ignacio, la situación continúa generando preocupación por las pérdidas económicas y la falta de certezas sobre la solución definitiva. La terminal permanece inactiva, lo que ha obligado a importar combustibles, mientras se avanza en trabajos clave para encaminar la reparación.
En los últimos días, efectivos del Grupo de Buceo de la Armada Nacional (GRUBO) intervinieron en la tubería dañada conocida como PLEM, ubicada en la terminal este. Las tareas incluyeron cortes precisos y la extracción de los elementos deteriorados, en preparación para la llegada de un repuesto esencial desde el exterior.

Paralelamente, ANCAP contrató un equipo de expertos chilenos especializados en ingeniería submarina y reparaciones de infraestructura petrolera. Su rol será de asesoramiento remoto y estratégico, sin realizar inmersiones en el lugar. A pesar de estos avances, aún no hay una fecha clara para el restablecimiento de la operativa de la boya, ni una estimación oficial de los costos que implicará la reparación completa. La incertidumbre persiste, mientras la infraestructura sigue fuera de servicio y las pérdidas se acumulan.

Fuente: Vision Maritima