La falta de divisas y la insuficiente producción nacional provocan retrasos y racionamientos que afectan la economía y la vida diaria.
Entre enero y junio de 2025, Bolivia destinó 1.582 millones de dólares a la importación de hidrocarburos —principalmente diésel y gasolinas—, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Aunque la cifra representa una leve reducción de alrededor del 4% respecto al mismo periodo de 2024, continúa siendo uno de los rubros más pesados de la balanza comercial y una presión constante sobre las ya limitadas reservas internacionales.

En junio de este año, las compras externas de combustibles y lubricantes sumaron más de 220 millones de dólares, con un descenso respecto a mayo debido a una menor adquisición de diésel. Sin embargo, la reducción no obedece a una menor demanda interna, sino a problemas en la provisión, ocasionados por la falta de divisas para los pagos al contado exigidos por proveedores internacionales.

Fuente: El Deber

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