El directorio de la compañía aprobó el avance de una nueva ronda del Proyecto Andes para la cesión de 12 áreas, que además de Manantiales Behr y Chachahuén, incluye los activos en Malargüe, también al sur de Mendoza, y clústers no operados por la petrolera nacional.
Pero la inclusión en el paquete de desinversión de Manantiales y Chachahuén, si bien no sorprendió porque ya venía siendo insinuada por el propio presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, sí permite analizar que se trata de dos de los bloques más valiosos de su portafolio de campos maduros, tal como destacó Gerardo Tennerini, experto en Recuperación Mejorada de Petróleo (EOR) y fundador de GtoG Consulting.
Tennerini precisó que entre ambos activos aportan alrededor de 37.000 bbl/d, lo que representa el 10% de la producción total de YPF, son responsables de casi el 30% de su producción convencional, equivalen al 5% del total de la producción nacional y suman más de 70 millones de barriles de reservas probadas (P1). “No es solo una venta. Es una transferencia de producción, tecnología y oportunidad”, afirmó el especialista al entender que “lo más relevante no es su volumen actual, sino su potencial. Ambos campos han logrado revertir su declino natural e incluso alcanzar máximos históricos de producción, gracias a la implementación de proyectos de Recuperación Mejorada por Inyección de Polímeros”.
Las cifras actualizadas a mayo ofrecidas en un trabajo de Tennerini, resaltan que Chachahuén Sur logró más de un 70% de aumento de producción para alcanzar los actuales 12.000 bbl/d totales, de los cuales 5.000 bbl/d son provenientes de técnicas de terciaria. En un proceso similar, Manantiales Behr experimentó un 40% de aumento de productividad para llegar a los actuales 26.000 bbl/d, de los cuales 8.000 bbl/d son por EOR.
“Ambos desarrollos son casos de éxito a nivel regional en terciaria, con lifting costs competitivos y una infraestructura modular y transportable ideal para expansión o replicabilidad en otros bloques. Esto los convierte en activos estratégicos para cualquier operadora interesada en mantener niveles altos de producción y replicar desarrollos EOR”, aseguró.
Pero, además, Manantiales Behr integra un complejo energético híbrido, a partir de su parque eólico y la central termoeléctrica que opera YPF Luz, combinando producción convencional con soluciones sustentables, en línea con la transición energética.
“La venta de estos campos no implica solo activos físicos, sino también el traspaso de un know-how técnico de altísimo valor en recuperación terciaria: su implementación, monitoreo y optimización”, insistió Tennerini, quien durante su actividad en proyectos de petróleo y gas formó parte activa de esta última etapa exitosa en ambos activos.
La cesión a terceras compañías de áreas petroleras convencionales por parte de YPF es uno de los pilares de su "Plan 4x4", con el que busca reconfigurar su portfolio, orientándola hacia el desarrollo de sus activos de shale en Vaca Muerta y consolidándola como un actor global en este segmento.
A pesar de tener más de 80 años de operación, Manantiales Behr logró en 2022 superar su récord histórico de producción para luego pasar a mantener un promedio de 25.000 barriles por día. Este volumen sostenido es considerado en la industria un caso de éxito de las avanzadas técnicas de recuperación terciaria, específicamente la aplicación de polímeros, implementadas por YPF en este bloque del Golfo San Jorge.
YPF ya concretó importantes transferencias de operación en el marco de este proceso. Recientemente, culminó el traspaso de los clústeres Neuquén Norte y Sur. Las áreas del sur, Octógono y Al Norte de la Dorsal, ahora son operadas por Bentia Energy. Por su parte, las del norte –Volcán Auca Mahuida, Don Ruiz, Las Manadas y Señal Cerro Bayo– han sido asumidas por una Unión Transitoria de Empresas (UTE) conformada por Bentia e Ingeniería SIMA.
Asimismo, a principios de junio, YPF formalizó la cesión de su participación en las áreas El Tordillo, La Tapera y Puesto Quiroga, situadas en Chubut. En estos casos, YPF actuaba como socio no operador, siendo Tecpetrol la empresa a cargo de la operación principal. Estas operaciones forman parte de un plan más amplio y ambicioso. Según información de la propia compañía, YPF ya ha transferido 18 bloques, con 21 en etapa final de traspaso y 11 más en progreso.
Al desprenderse de activos que demandan una alta inversión para mantener una producción estable, la compañía busca optimizar su estructura y transformarse en una empresa de shale de clase mundial, un objetivo ambicioso que podría redefinir el mapa energético argentino.
Fuente: Mejor Energía