Eliminar los “sueldos dorados” ahorra apenas el 0,02% del gasto total de Petroecuador. Mientras tanto, la estatal produce menos crudo, importa más combustibles y tiene una de las inversiones más bajas de su historia. La verdadera reforma sigue pendiente.
CRUDO. El sector petrolero ecuatoriano ha dejado de producir más de 80.000 barriles diarios en los últimos 10 años. CRUDO. El sector petrolero ecuatoriano ha dejado de producir más de 80.000 barriles diarios en los últimos 10 años. Súmate al canal de La Hora en WhatsApp Por Redacción La Hora,

El reciente anuncio de Petroecuador sobre la eliminación de los denominados “sueldos dorados” ha sido presentado como un avance en eficiencia y control del gasto público. Sin embargo, la medida es más simbólica que estructural: el ahorro de $1,71 millones por año tras la desvinculación de 70 funcionarios apenas representa el 0,02% del gasto total de la empresa. El problema de fondo es otro: una empresa que cada vez produce menos petróleo, pero gasta más en importar combustibles.

Según el Observatorio de la Política Fiscal, el gasto total de las empresas públicas en 2024 fue de $11.865 millones, de los cuales $6.449 millones —más del 54%— se usaron en importar derivados y combustibles desde Petroecuador. Solo esa partida supera con creces cualquier ahorro generado por reestructuraciones laborales puntuales.

La petrolera estatal tuvo un gasto, sin tomar en cuenta las importaciones de combustibles, de $4.092 millones en 2024, pero su Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF), indicador clave de inversión productiva, fue de apenas $32 millones, de acuerdo con un análisis del Observatorio de la Política Fiscal. Es decir, menos del 1% de su presupuesto se destinó a inversiones para mantener o aumentar la producción.

El contraste es evidente: en 2014, Ecuador producía 533.000 barriles diarios de petróleo. Para 2025, la producción de Petroecuador ronda los 361.000 barriles, sumando entre 445.000 y 455.000 barriles diarios con los aportes de los campos manejados por privados. Una caída de hasta 88.000 barriles por día en una década que refleja no solo desinversión, sino también crisis de institucionalidad y las consecuencias del manejo político y no técnico.

Petroecuador: menos ganancias y cada vez más importaciones En 2024, Petroecuador generó $14.754 millones por exportaciones de crudo, pero solo $1.734 millones (11%) llegaron al Presupuesto General del Estado (PGE). Entre altos costos operativos, importaciones y preasignaciones, la capacidad de aporte fiscal de la petrolera está en caída libre: en 2011 la transferencia al fisco fue de $5.552 millones.

“Podemos seguir despidiendo técnicos y tapando huecos, o podemos retomar la ruta de la eficiencia y la inversión. Aún hay tiempo, pero ya no hay margen para seguir fallando”, acotó Ricardo Peña, ingeniero petrolero.

Para Nelson Baldeón, empresario con más de 15 años de experiencia en el sector petrolero, los problemas de Petroecuador son estructurales.

Baldeón, basado en un informe del Baker Institute de la Universidad Rice, advierte que, de mantenerse las políticas actuales, la producción petrolera nacional podría caer hasta los 100.000 barriles diarios hacia 2040. En el otro extremo, Argentina proyecta aumentar su producción de los actuales 700.000 barriles diarios a 1,5 millones en 2030.

La caída en la producción petrolera ecuatoriana no obedece al agotamiento de las reservas, sino a decisiones políticas desacertadas: la eliminación de contratos de participación, la paralización de la exploración, la alta rotación de autoridades y la ausencia de inversión privada.

En 2010, Ecuador eliminó los contratos de participación que compartían riesgo y beneficio entre el Estado y empresas privadas, sustituyéndolos por contratos de tarifa fija. Esto ahuyentó la inversión, paralizó la exploración y colocó toda la carga operativa sobre Petroecuador, que tampoco logró consolidarse como una empresa eficiente. Desde 2018 hasta mayo de 2025, Petroecuador ha tenido 17 gerentes generales, lo que equivale a un promedio de un gerente cada 4,5 meses. Esta rotación permanente ha generado inestabilidad operativa y ha dificultado el diseño de estrategias sostenidas para aumentar la producción.

Baldeón propone una hoja de ruta urgente para rescatar al sector:

● Volver a los contratos de participación, que garanticen entre 70% y 80% de renta para el Estado, compartiendo riesgo con la inversión privada. ● Profesionalizar Petroecuador, con gerencias estables, directorios técnicos e independientes y auditorías regulares y públicas. ● Reactivar la exploración y recuperación mejorada, en campos revertidos y otros con alto potencial no aprovechado. ● Fomentar alianzas público-privadas con gobernanza clara y plazos definidos. ● Rediseñar la diplomacia energética, dejando atrás las preventas opacas y las fallidas delegaciones como el caso del campo Sacha.

“El mundo sigue demandando crudo. La transición energética no implica apagar la industria, sino producir mejor, más rápido y con visión de largo plazo”, afirmó Baldeón. Desde una visión de cambio más profundo, Pablo Lucio Paredes, director del Instituto de Economía de la USFQ, ha repetido en múltiples ocasiones que la actual gestión de Petroecuador es inviable.

“Hay tres opciones”, ha establecido Lucio Paredes. “Una, que Petroecuador regule y el privado invierta; dos, que sea socio de empresas internacionales serias; o tres, la peor, seguir como está, pretendiendo que será más eficiente”. Todo apunta a que el Gobierno de Noboa se decanta por la tercera. (JS)

Panorama petrolero desalentador para 2025 El Banco Central del Ecuador (BCE) también anticipa un año difícil para el sector. Según su gerente, Guillermo Avellán, la economía enfrentará varios desafíos en el área petrolera:

● Se proyecta un precio promedio de $57 por barril para el crudo ecuatoriano en 2025, una caída frente a los $68,65 de 2024 y a la estimación del Ministerio de Economía de $63,7 (con esta estimación se construyó el presupuesto estatal de 2024 y el prorrogado de 2025). ● La producción petrolera también caerá debido al cierre progresivo del bloque 43 ITT y a problemas operativos como roturas de oleoductos e incendios en refinerías. ● Entre enero y abril de 2025 se han producido 54,7 millones de barriles, lo que pone en duda alcanzar la meta anual de 171,9 millones.

El SOTE, principal oleoducto del país, sufrió una nueva rotura el 16 de junio de 2025 por un aluvión en Sucumbíos. La tubería se desplazó 20 metros del eje, interrumpiendo el transporte de crudo.

Además, el 26 de mayo, un incendio en la Refinería de Esmeraldas comprometió la operatividad de los tanques de fuel oil y una subestación eléctrica crítica. Petroecuador ha informado que la planta retomará su operación completa recién el 2 de julio de 2025.

Nómina desequilibrada y falta de transparencia en Petroecuador Según cifras de Petroecuador, la empresa pública cuenta actualmente con 9.924 empleados. Sin embargo, solo una parte minoritaria está directamente vinculada a actividades productivas como exploración, producción, transporte y refinación, mientras que más del 40% del personal trabaja en funciones administrativas u “otras áreas” no especificadas:

● Exploración y producción: 3.330 empleados. ● Transporte: 1.070. ● Refinación: 1.013. ● Comercialización: 469. ● Administración y otras áreas: 4.042.

Esta distribución revela un desequilibrio estructural que ha venido creciendo con los años, sin que exista un plan claro de optimización o reingeniería organizativa. Mientras los campos petroleros enfrentan dificultades operativas, la mayor parte de la nómina se concentra en actividades que no están directamente relacionadas con la producción de crudo o derivados.

Además, la falta de regularización laboral profundiza esta distorsión: según la Asociación Nacional de Trabajadores de la Energía y el Petróleo (Antep), actualmente hay más de 4.000 funcionarios bajo la figura de encargos provisionales, sin nombramientos definitivos. Esta condición precaria no solo afecta derechos laborales, sino que también impide una gestión técnica eficiente y una asignación meritocrática de responsabilidades.

Pero el elemento más grave señalado por el gremio es la ocultación del informe de reorganización estructural elaborado por la consultora internacional Arthur D. Little, contratado en 2022 tras la fusión de Petroamazonas con Petroecuador. Según la Antep, el Gobierno de turno promocionó ese informe como una herramienta clave para modernizar la empresa, pero nunca se lo hizo público ni se implementaron sus recomendaciones.

“¿Por qué se habla de optimizar mientras se esconde el informe por el que se pagó millones de dólares, mientras persisten más de 4.000 encargos sin regularización y cientos de trabajadores que ganan menos de lo que establece la tabla salarial?”, cuestiona la Antep

El gremio también denunció que muchos de los técnicos despedidos en junio de 2025 bajo la figura de “sueldos dorados” eran en realidad profesionales con más de 30 años de experiencia, que ingresaron a la empresa tras la nacionalización de campos operados antes por firmas internacionales como Occidental, Petrobras o Perenco. Estos trabajadores, aseguran, mantuvieron los derechos previamente adquiridos, lo que explicaría las remuneraciones más altas, y su desvinculación habría sido arbitraria y sin un análisis técnico real.

“Todo esto revela que la estructura de recursos humanos en Petroecuador sigue siendo opaca, politizada y mal administrada, con poca planificación para consolidar una empresa moderna, eficiente y alineada con las exigencias de una industria petrolera altamente competitiva”, puntualiza Ricardo Peña, ingeniero petrolero.

Fuente: La Hora