El Deber recorrió la región del Norte Integrado y graficó cómo tractores, motocicletas, camionetas y camiones esperan por horas, bajo el sol, con la esperanza de acceder a un poco de combustible.
Pero no solo los vehículos hacen fila. Turriles azules y bidones también ocupan lugar, algunos atados con sogas, otros arrastrados por carretillas. En ellos se intenta acopiar la mayor cantidad posible de diésel para alimentar tractores, bombas de agua, generadores y otras maquinarias esenciales para las labores agrícolas.
Fuente: Correo del Sur
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